Cuando se cumplen 31 años de la recodada “Marcha Blanca”. La secretaria general de TELPa, Lilia López, destacó la trascendencia de aquella masiva movilización, y reflexionó: “desde entonces, la lucha docente es una lucha por los derechos de todos”. “La educación es un derecho que da derechos y el Estado es el garante de dichos derechos”, expresó la secretaria general del gremio docente pampeano.
La dirigenta recordó que en el año 1988 la marcha Blanca se plantó “ante los primeros intentos de fragmentación del sistema educativo, y de los propios trabajadores de la educación”. El acontecimiento derivó en que “las luchas de los docentes se transforman en luchas públicas, que ocuparon las calles, rompieron los límites sectoriales; y fueron comprendidas y apoyadas por los ciudadanos”, dijo.
“Los docentes, sus reivindicaciones y sus formas de lucha comenzaron a reconocerse y a ser reconocidas como parte de las luchas del pueblo”, consideró López. Y recordó que en aquella oportunidad, por primera vez un secretario general de la CGT, por entonces Saúl Ubaldini, habló en la Plaza de Mayo “a la columna de trabajadores con guardapolvos blancos y a cuadritos que entonaron la consigna ‘somos los obreros de la tiza’”.
Como recordatorio del trascendente acontecimiento, en el VII Congreso Extraordinario de la CTERA se instauró el 23 de mayo como Día del Trabajador de la Educación, bajo la consigna de que “los maestros con la lucha no dejaron de enseñar, enseñaron a luchar”.
