Cerró Free Colors, una empresa que tenía sesenta años que le fabricaba fuegos artificiales a la cadena Cienfuegos. Hace cuatro años, llegó a tener 150 empleados pero tras un fuerte proceso de ajuste quedó con sólo ocho trabajadores.
La fábrica funcionaba en Álvarez, un pueblo ubicado a 31 kilómetros de la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe. Con tecnología de última generación proveía a terceros y comercializaba también su marca Free Colors. Su cierre se debió a la fuerte caída en el consumo y al impacto de la Pirotecnia Cero que se expandía en varias ciudades santafesinas, al igual que en el resto del país.
Mario Ruschin, presidente de la Cámara Argentina de Empresas de Fuegos Artificiales (CAEFA), que agrupa a importadores y fabricantes contó que «es la primera fábrica que cierra, pero muchas están empleando menos personal. Hay un fuerte impacto social por la persecución contra el sector. Se pierden cada vez más fuentes de trabajo en forma directa e indirecta».
El cierre de Free Colors es una alerta roja para el sector. «El año pasado tuvimos una fuerte caída en las ventas que rondó el 30 por ciento. Este año dependemos del resultado electoral. Esperemos que haya euforia en la sociedad para que la gente se permita celebrar».
El sector está compuesto por sólo diez empresas fabricantes y catorce importadores. Todos esperan el resultado de las elecciones para saber cómo seguir. «Necesitamos volver a encaminar la situación económica. La gente quiere sacarse la mochila de la incertidumbre y conocer los lineamientos a futuro», dijo Ruschin.
Disputas legales
El desarrollo del sector de la pirotecnia es uno de los temas que más les preocupa. La Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires ha declarado inconstitucionales diferentes ordenanzas municipales que prohibían los fuegos artificiales. «La ley nacional 20.429 autorizan el uso. Cualquier decisión municipal es inconstitucional», asegura el directivo.
Las asociaciones protectoras de animales y los padres de chicos autistas son los principales impulsores de estas medidas que buscan generar un menor impacto ambiental. «Por ahora está prohibida la pirotecnia en la provincia de Neuquén y en más de treinta ciudades de todo el país. Ya iniciamos acciones judiciales contra el municipio de la Costa que nos prohibe. Sino frenan, seguirán cerrando empresas», explicó el presidente de la Cámara Argentina de Empresas de Fuegos Artificiales.
El sector emplea a unas 60.000 personas que están vinculadas a la fabricación, transporte y comercialización de fuegos de artificio.