Cristian Omar Bruno, un jornalero de 32 años, fue condenado hoy a un año de prisión en suspenso, por ser autor material y penalmente responsable de los delitos de amenazas agravadas, en dos hechos, y violación de domicilio, en concurso real.
La sentencia fue dictada por el juez de audiencia de General Pico, Marcelo Luis Pagano, en el marco de un acuerdo de juicio abreviado rubricado por la fiscala Ivana Hernández, el defensor oficial Walter Vaccaro y el imputado, en el legajo 45.989. Los damnificados mostraron desinterés en la causa, al ser anoticiados de ello, pero dieron su conformidad.
¿Cuáles fueron los hechos? El primer día de este año, a la noche, Bruno se presentó en el domicilio de su expareja e ingresó sin permiso y «muy alterado» –según se puede leer en el fallo– con un cuchillo de unos 20 centímetros de largo.
Primero se abalanzó sobre la actual pareja de ella y lo amenazó manifestándole «te voy a dar un puntazo en la rodilla». Al interceder la mujer, el acusado le dio «varios empujones en el pecho con la palma de la mano y la amedrentó con el cuchillo, blandiéndoselo hacia su persona».
Pagano, además, le impuso al imputado las siguientes pautas de conducta por dos años: fijar domicilio, no pudiendo modificarlo sin previo aviso al juez de ejecución o la fiscalía; prohibición de acercamiento genérica respecto a ambas víctimas, como así de comunicación y contacto; y someterse a un tratamiento médico o psicológico, previo informe que acredite su necesidad y eficacia.
«TE VOY A CAGAR A TIROS»
El juez de control de General Pico, Heber Alcides Pregno, condenó hoy a Enzo Gabriel Avecilla, un changarín de 19 años, como autor de los delitos de amenazas simples, en dos ocasiones, y daño simple, todo en concurso real, a la pena de seis meses y 15 días de prisión de ejecución condicional.
El conflicto penal se resolvió por la vía de un acuerdo de juicio abreviado, presentado en forma conjunta por la fiscala Ana Laura Ruffini, el defensor oficial Walter Vaccaro y el acusado, quien admitió su culpabilidad en la causa 47.641. La damnificada fue informada de lo convenido y no puso objeciones.
Con la prueba reunida durante la investigación fiscal preparatoria, el magistrado dio por probado que el 8 de abril de este año, Avecilla ingresó a una vivienda y allí insultó y amenazó a una ex pareja, al decirle «te voy a cagar a tiros, a vos y a tu familia».
Además le manifestó al dueño del inmueble, llamándolo por su apodo: «¿querés que te rompa la casa a tiros?, te voy a cagar a tiros». Al irse, golpeó la moto de la mujer y rompió el vidrio de una ventana.
Las partes convinieron que el acusado tendrá que cumplir con las siguientes reglas de conducta durante el plazo de dos años (fijar domicilio, prohibición de acercamiento a menos de 200 metros de la víctima, cesar todo acto de perturbación o intimidación respecto a ella, abstenerse de usar estupefacientes o de abusar de bebidas alcohólicas y efectuar un tratamiento médico o psicológico).
LA MADRE TAMBIÉN VÍCTIMA
La jueza de audiencia sustituta de General Pico, María José Gianinetto, en el marco de un procedimiento de juicio abreviado, condenó hoy a un hombre de 24 años, a la pena seis meses de prisión en suspenso, por ser autor de los delitos de amenazas simples (dos hechos) y lesiones leves agravadas por el vínculo (dos hechos), en concurso real.
Además se le impusieron las siguientes reglas de conducta durante dos años: fijar domicilio, someterse al control del Ente de Políticas Socializadoras, restricción de acercamiento al domicilio y/o a los lugares de habitual concurrencia de una expareja, abstenerse de usar estupefacientes o de abusar de bebidas alcohólicas y realizar un tratamiento médico o psicológico.
El abreviado fue convenido entre el fiscal Luciano Nahuel Rebechi, el defensor oficial Walter Vaccaro y el propio imputado. Además, las dos damnificadas dieron su consentimiento.
En una causa se probó que el 2 de mayo del año pasado, a la noche, una expareja del acusado fue a buscar el hijo que tienen en común y este comenzó a insultarla y a amenazarla, diciéndole que iba a matarla.
Tres horas después, cuando su madre le preguntó qué había pasado con su expareja, ya que había recibido un llamado de la policía, el imputado se tornó violento y, en medio de insultos, le dio una patada en el abdomen a su progenitora. Inmediatamente le arrojó un cargador de cargador de computadora y la empujó sobre unos sillones.
Además, el 9 de mayo pasado, volvió a agredir físicamente a la expareja, tomándola de los brazos, zamarreándola, dándole una trompada en el pecho y expresándole que iba a «cagarla matando».