La jueza federal María Eugenia Capuchetti sobreseyó ayer al senador nacional por La Pampa, Juan Carlos Marino, y a uno de sus colaboradores, Carlos Pedro Fiorda, en la causa que se inició contra ellos por la denuncia de Claudia Mabel Guebel, una empleada de la Cámara de Diputados de la Nación que los acuso por abuso sexual. La denuncia había sido presentada en la previa de las elecciones internas de febrero, horas después de que el exintendente de Miguel Riglos anunciara que se bajaba de la interna por la candidatura a gobernador. El otro denunciado era Juan Carlos Amarilla y también fue sobreseído.
La sentencia de 34 páginas, a la que este diario accedió en forma exclusiva, dispuso los sobreseimientos «por no haberse cometido el hecho investigado, dejando constancia que la formación del presente sumario en nada afecta el buen nombre y honor del que hubieren gozado».
La denuncia
La causa se inició 12 de diciembre de 2018. Guebel denunció a los tres imputados ante la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal 4. Dijo que Amarilla la había acosado en Diputados y que, por ese motivo, las autoridades de la Cámara Baja dispusieron que Guebel fuera a trabajar al Senado, donde recaló como asesora del pampeano Marino.
«Al mes de empezar a trabajar con Marino, empecé a recibir mensajes de WhatsApp a mi teléfono celular (…). En esos mensajes me decía ‘¿Dónde estás?’ ‘Donde vivís?’ ‘Voy a estar por allá. Me doy una vuelta’ ‘Prepárate, que voy a tu casa’. Me enviaba videos alusivos al sexo», declaró Guebel.
Luego aseguró que, cuando se presentó por primera vez en el despacho de Marino, una vez que estuvieron solos, «directamente me tocó los pechos». Luego aseguró que, transcurrido un mes de esos hechos, otra vez en el despacho de Marino, Fiorda la tomó de los brazos con fuerza y le introdujo su lengua en la boca con violencia. «Intenté separarlo, pero no lo logré», denunció.
Instrucción
En la instrucción de la investigación declararon 19 personas, en su mayoría personal del despacho del senador. Coincidieron en que la puerta de la oficina de Marino siempre estaba abierta y que las veces que Guebel asistió no ocurrió ningún incidente. La jueza mencionó que los peritos del Cuerpo de Investigaciones Judiciales (CIJ) del Ministerio Público Fiscal de la CABA que analizaron los mensajes de WhatsApp a los que refirió la denunciante dijeron que ninguno de ellos tenía connotaciones sexuales.
Capuchetti mencionó que no pudo corroborarse con la prepaga OSDE la versión dada por la denunciante sobre la atención médica recibida luego del supuesto abuso. «…la empresa de medicina prepaga informó que en esas fechas la nombrada no recibió ninguna visita médica», destacó.
La jueza valoró también que Guebel no pudo precisar la fecha en que ocurrió el supuesto acoso. Y concluyó: «…de un exhaustivo análisis de los testimonios recibidos, la prueba documental y técnica recabada, permiten sostener razonablemente que no hay ninguna certeza de que los hechos se hubiesen perpetrado en las circunstancias de modo, tiempo y lugar en las que declaró la denunciante…».