Hugo Haime fue uno de los pocos que la vio antes que el resto. A comienzos de julio, antes de que comenzara la campaña para las PASO del 11 de agosto, dio a conocer una tendencia en la que Fernández-Fernández le sacaba 14 puntos a la fórmula Macri-Pichetto (44 a 30 por ciento). En ese momento, muchos relativizaron el número y la mayoría de las encuestadoras, y los medios, jugaron después a una diferencia entre 2 y 5 puntos. Haime aclaraba que «me parece temprano para definir números precisos» pero advertía que «puede haber sorpresas en relación al clima que se está generando de que todo está empatado». Pero la realidad es la que manda. La diferencia que tuvo fue de un solo punto.
Haime habló con el autor sobre el resultado y las encuestas. «Esos números ya nos venían dando antes de la campaña. Había diferencia de hasta de 20 puntos, pero había que tamizarlo por nivel socioeconómico, educación, etcétera. Analizamos estudios cualitativos, el clima de la calle y resultados anteriores».
Para Haime, «ya se prefiguraba este resultado, porque en todas las provincias los gobernadores ganaban por mucho margen. Que llegaban hasta 10 puntos de diferencia. Y en Buenos Aires todos daban apenas una diferencia de 3 puntos. Si en todos lados daba esa diferencia en Buenos Aires no podía ser menor».
Se le consultó durante la charla los motivos del 47% obtenido por la fórmula FF. «¿Cuánto sacó Scioli en 2015? El 48 por ciento. Entonces ya había un votante que había votado por peronismo y que lo podía volver a hacer. Por otro lado fue importante lo de Massa en provincia de Buenos Aires para sumar. Hace cuatro años el 60 por ciento de sus votantes había apoyado a Macri. Pero además pasaron cosas, como las promesas incumplidas como la pobreza cero o bajar la inflación, por ejemplo. Lo vivió como un retroceso y se decidió por otro rumbo».
¿Puede revertir Macri esta diferencia o ya es cosa juzgada? «Es muy difícil que pueda acortar tanta diferencia. Fernández ya consiguió las dos cuestiones que se necesita para ser presidente: por un lado pasó el 45 por ciento de los votos positivos y por otro le sacó una diferencia de más de 10 puntos». Se repregunta, ¿hay casos en los que el segundo pudo remontar semejante diferencia?. «Hay algunos casos en los que el piso para ganar era del 50 por ciento como en Perú en 2016 con Kuczynski. Pero es muy difícil de revertir con tanta diferencia, porque además, un candidato puede crecer, pero el otro también».
¿Por qué no acertaron las encuestadoras? «Las que daban márgenes más estrechos fueron realizadas de manera telefónica y de respuesta automática. ¿Pero cuántos y quiénes tienen teléfonos fijos hoy? La mayoría de la gente no tiene teléfono fijo. Esto deja un amplio segmento por fuera de los encuestados. La encuesta presencial es más cercana a la realidad, es mucho más exacta, si bien tiene sus contras como no llegar a las clases más altas». Esa es la que utilizó Haime.
Haime estimó que en las elecciones del 27 de octubre la elección se va a polarizar aún más. «Macri puede crecer a costa de Lavagna, que igual va a seguir teniendo sus votos, y de otras opciones de derecha. Nadie con los votos de la izquierda que son votos duros. Pero también puede crecer Fernández ya que en lugares como Santiago del Estero, Catamarca o Santa Cruz hubo una participación baja y seguramente habrá más votantes en las próximas elecciones».
(*) Por Norberto G. Asquini (periodista e investigador)