El juez de control santarroseño, Carlos Matías Chapalcaz, declaró hoy la autoría y responsabilidad penal de un menor de 17 años en orden al delito de abuso sexual con acceso carnal y dispuso que se envíe una copa de la sentencia, una vez que quede firme, al Juzgado de Niñas, Niños y Adolescentes de la Primera Circunscripción Judicial.
En la causa quedó probado que el 17 de diciembre del año pasado, en circunstancias en que una menor de 15 años se encontraba en la casa del imputado –por ese entonces de 16–, mirando videos en You Tube y se quedó dormida. Se despertó por los tocamientos del acusado, “quedándose inmóvil dado el temor que siente” hacia él, dice el fallo.
El menor siguió con esa conducta y “pasados unos minutos comenzó a despertarla, no sabiendo que la joven había estado consiente de lo que había pasado”. Cuando ella se iba de la casa, el imputado la persiguió, aduciendo que quería acompañarla, pero la víctima se negó.
El conflicto penal se resolvió por la vía de un juicio abreviado que firmaron el fiscal Walter Antonio Martos, la defensora oficial Silvina Blanco Gómez y el propio agresor, quien estuvo acompañado por su madre durante la audiencia de visu y admitió la autoría del hecho. La damnificada, también a través de su progenitora, también prestó su conformidad. Las asesoras de Niñas, Niños y Adolescentes, Gabriela Manera y Graciela Massara, en representación de la víctima y del imputado, respectivamente, dijeron que no formularían observaciones, atento al consentimiento brindado por todas las partes.
“La conducta endilgada al menor quedó plenamente acreditada, no solo por el reconocimiento que hizo él, sino también en base a lo expresado por quienes han asistido a la menor”, señaló Chapalcaz. El magistrado valoró, entre otras pruebas, la declaración de la adolescente en Cámara Gesell, el informe de la psicóloga forense que la atendió y el informe de intervención de la Oficina de Atención a la Víctima y a los Testigos.
La profesional concluyó que el relato de la joven fue creíble, mientras que desde la OAVyT reverenciaron “el impacto que habría ocasionado el episodio en la subjetividad y la vida cotidiana” de ella y que tiene “temor hacia desconocidos y a ser interceptada por el denunciado o su grupo de pares y familiar, aislamiento social, angustia y enojo”.