Vaya paseo le pegó Argentina a Polonia, que llegaba invicto al cierre de la fase de grupos y se llevó una derrota por 91-65. Con este resultado, la Selección finalizó en la cima de la Zona I del Mundial de básquet que se juega en China y se medirá en cuartos de final, el martes desde las 8, con el perdedor del duelo que se está disputando entre Serbia y España.
Con dos proposiciones claras desde el inicio, Argentina se fue alejando cada vez más y más de Polonia en el marcador y, al entretiempo, ya le sacaba 13 puntos a los polacos. Aquellos cimientos fueron, en defensa, la voraz marca de Patricio Garino sobre el escolta Mateusz Ponitka, goleador de los suyos con 16,5 puntos por encuentro. Todavía no había termiando el primer cuarto, que la figura polaca ya tenía dos faltas en su haber y se iba al banquillo con sólo tres puntos, producto de un triple, lanzamiento que está muy lejos de ser su especialidad.
La segunda fue el aprovechamiento de la sobreatención que se llevan Facundo Campazzo y Luis Scola de las marcas rivales. Así, los primeros ocho puntos del juego llevaron la firma de Marcos Delía, quien una y otra vez recibió los pases del base, cuando éste sacaba a pasear a su marca y arrastraba marcas, y del Gran Capitán, quien desde el poste alto magnetizó todas las miradas, y libró de defensas al pivot de Saladillo, de gran Mundial.
Además, Sergio Hernández aprovechó el duelo para devolverle la confianza a Nicolás Brussino, de irregular andar en los últimos encuentros. El lungo santafesino titularizó y aprovechó el protagonismo que le otorgó el DT, terminando el primer tiempo con 10 puntos, 6 de ellos a través de volcadas.
