«Nos unimos para visibilizar una realidad extendida en todos los espacios académicos y laborales, la violencia de género y el acoso sistemático ejercido desde el abuso del poder», leyó Anahí De la Fuente , comunicadora y maquilladora, quien fue despedida del Centro Cultural San Martín (CCSM) por denunciar al entonces director Diego Pimentel.
Con su voz se abrió la conferencia convocada por Actrices Argentinas y otras 60 organizaciones feministas y transfeministas durante la cual exigieron la aplicación de la Ley Micaela en todos los concursos para cargos ejecutivos en organismos del Estado y la creación de protocolos contra la violencia de género en el ámbito privado.
«Sigo sin trabajo, todavía no obtuve ninguna respuesta por parte de la institución», recordó Anahí, quien fue castigada por denunciar a Pimentel, y aseguró que «hay más denunciantes, testigos que sufrieron lo mismo, y más personas que no se acercaron todavía porque no se animaron a hacer la denuncia».
Durante la conferencia ofrecida en el hotel cooperativo Bauen, las colectivas feministas y transfeministas exigieron «la reincorporación de manera urgente de las trabajadores del CCSM que fueron removidas de sus puestos por animarse a denunciar», leyó Thelma Fardín , la primera actriz en ser acompañada por Actrices Argentinas para hacer pública su denuncia de acoso sexual contra Juan Darthés.
El comunicado leído por un coro de actrices de la organización subrayó el repudio contra los acosos y abusos sexuales cometidos por funcionarios de espacios públicos en los ámbitos de gestión estatal, cultural y académica y exigió «la eliminación del nepotismo como forma de designar cargos». «Exigimos un criterio de selección de personas formadas con perspectiva de género para todos los roles de poder en el Estado, es fundamental la aplicación de la Ley Micaela», apuntó el comunicado.
Más protocolos y menos contratos basura
Las colectivas también señalaron que el reclamo no se limita a los organismos públicos sino que «debe aplicarse un protocolo contra violencia de género en todos los espacios privados» para que actrices, docentes, maquilladoras, bailarinas u operarias «no tengan que soportar situaciones de abuso o acoso para vivir de su trabajo».
«En un país donde el trabajo se hace inaccesible y precarizado, no podemos desoír a quienes por necesidad deben soportar el acoso y la violación de sus derechos fundamentales», advirtió Jazmín Stuart al comenzar la lectura del documento, denuncia que se completaría con el reclamo de «eliminar la precarización laboral y los contratos basura que dejan a las empleadas en estado de vulnerabilidad».
«No nos callamos más»
El comunicado también señaló al Poder Judicial, para que «frente a la denuncia de estos hechos, el sistema proteja a la víctima y no al victimario». «No nos callamos más», sentenció el documento, que fue acompañado por cientos de aplausos.
«Si bien me sacaron mi sustento económico y mi autoestima, no voy a permitir más que me vuelvan a hacer daño», levantó su voz nuevamente Anahí, tras la lectura del comunicado, y reclamó al Poder Judicial que resuelva su situación antes de agradecer a la «colectiva de guerreras que me acompañaron hasta hoy y que me van a seguir acompañando».