La continua arremetida contra el Poder Legislativo sea en Argentina, Italia y otros países se basa, fundamentalmente, en el costo que le insume al Estado el financiar a uno de los tres Poderes de la República. Esta embestida contra la Caja de resonancia de la Democracia que es el Congreso reflota viejas teorías sociológicas como lo es la ‘Teoría de la Elite’. Esta Teoría fue elaborada a fines del Siglo XIX por el politólogo italiano Gaetano Mosca y ampliada por los sociólogos Vilfredo Pareto y Roberto Michels. Básicamente, se fundaba, en que las sociedades deben ser gobernadas por estructuras oligárquicas que deciden por todos. Esta construcción conceptual de carácter conservadora es la antinomia de los postulados de la social democracia y liberal, pues se explicaba que en cada sociedad una minoría, pequeña pero organizada, ejercita el dominio sobre el resto de la población con la subordinación de esta ultima alimentando los privilegios de las elites, podríamos denominar a esta minoría como una ‘casta’.
En Italia la ‘Teoría de la Elite’, está a punto de materializarse con la propuesta de Reforma de la Constitución Nacional realizada por el Movimento Cinque Stelle (M5S). A través de esta modificación se pretende reducir la cantidad de diputados de los 630 actuales a 400 y, en la Cámara Alta de los 315 senadores a 200 el fundamento a este drástico recorte en ambas Cámaras es por el costo económico que insume y la abrumadora burocracia parlamentaria. En realidad esta fundamentación además de insuficiente embarga un costo mayor y es el perjuicio al sistema democrático en sí. La cantidad de Legisladores italianos está determinada por la Constitución: 630 diputados y 315 senadores, números establecidos en la Reforma Constitucional de 1963 que buscaba definir una proporción lo más representativa posible entre los ciudadanos y los electos (en 1963 la población italiana era de 51 millones de habitantes, hoy está cerca de los 60 millones). De acuerdo al informe del Centro Studi del Senato esta ecuación no da que hoy tenemos un diputado cada 96.000 habitantes y un senador cada 192.000. La reducción en la cantidad de Legisladores aumentara de manera importante la distancia entre electores y parlamentarios, con los nuevos números, 400 diputados y 200 senadores se necesitaran 151.000 votos para elegir un diputado y más de 300.000 para un senador.
El perjuicio se materializará con la reducción a un nivel mínimo de la representatividad de las Cámaras, un debilitamiento de los Partidos Políticos amen de alejarlos también del territorio que debería representar que será mucho más extenso y complejo que con la actual composición del Congreso. Toda la nueva mecánica que se desea imponer está fundada en un supuesto ahorro en el costo de la política que en realidad será ínfimo. Según datos del Poder Legislativo el recorte equivale a 60 millones de euros anuales, según la fuerza política que impulsa esta reforma el M5S, el ahorro sería de unos 100.000 millones de euros. Cabe señalar que la Reforma que se intento años atrás cuando Matteo Renzi era Presidente del Consejo de Ministros se hablaba de un ahorro de entre 50-60 millones anuales. Todos los medios y analistas italianos apuntan a que este supuesto ahorro no incidirá sobre los costos del personal de las Cámaras ni sobre los gastos corrientes de las mismas. Por lo tanto el recorte no agilizará ni hará más eficiente el trabajo del Legislativo además de no mover ni una coma los mecanismos institucionales, no afecta el bicameralismo perfecto Cámara/Senado, no modifica las relaciones entre parlamento y gobierno, ni modifica los tiempos de aprobación de las leyes. Paradojalmente la Reforma si contempla una cosa en particular aumentará la carga de trabajo para los Parlamentarios y una importante dilatación en el tratamiento y aprobación de las Normas que rigen a la República. Este aumento de trabajo podría desatar aun peores perspectivas no se descarta que los mismos Legisladores soliciten más recursos para tomar más personal y representar de esta forma mejor a las circunscripciones en las que son electos y aquí el dilema para esa masa de 6 millones de italianos que viven en el exterior que hoy están representados, exiguamente, por doce Diputados y seis Senadores. La ‘nueva’ Reforma contempla que serán doce los asignados a la Circunscripción Exterior a grosso modo un Parlamentario cada 500.000 ciudadanos lo que reduce al mínimo la representatividad por no decir que licua directamente la presencia de mociones e iniciativas de una enorme masa de italianos que reside fuera de Italia y que, lamentablemente, continúan perdiendo derechos.
(*) José Francisco Minetto (Consejero (ComItEs) Consulado General de Italia – Ex-Candidato a Senador de la República de Italia (2018) – Ex-Presidente, Federación de Entidades Italianas de La Pampa)