El Gobierno decidió aplazar por un mes un nuevo aumento en el impuesto a los combustibles, por medio de un decreto publicado en el Boletín Oficial. Así, quedó postergado hasta el 31 de enero próximo la suba prevista del impuesto a los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono.
El aumento del gravamen, que se actualiza en forma trimestral (en enero, abril, julio y octubre de cada año) en base al Índice de Precios al Consumidor (IPC).
La actualización de octubre último también se había postergado, por decisión del expresidente Mauricio Macri.
Para justificar la medida, el Poder Ejecutivo recordó la reciente sanción de la «Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva en el Marco de la Emergencia Pública». En ese sentido, consideró que la situación actual del país «exige también la estabilización de los precios de los combustibles, para lo que se hace necesario diferir el impacto que podría derivarse de las actualizaciones de los montos del impuesto sobre los combustibles líquidos».
Por caso, el presidente Alberto Fernández frenó esta semana un aumento en los precios de los combustibles que comercializa YPF, la petrolera que controla el 60% del mercado local.
El ajuste iba a regir desde el lunes y había trascendido en las primeras horas del domingo últimos. «Paramos el aumento», dijo Fernández en un breve contacto con periodistas.
El jefe de Estado le pidió al presidente de YPF, Guillermo Nielsen, dejar sin efecto un aumento del 5% previsto en los precios de los combustibles, para evitar el impacto inflacionario de esa medida.
De haberse aplicado el ajuste, el precio de un litro de nafta súper habría llegado a casi 56 pesos en la red YPF, mientras que la premium rondaría los 64 pesos, en Capital federal y Gran Buenos Aires.
A lo largo de 2019, la nafta aumentó en nueve oportunidades, hasta acumular un 41%, muy debajo de la inflación prevista para este año, estimada en 55%.