lunes 25, noviembre, 2024, Eduardo Castex, La Pampa

Fabián Tablado, mató de 113 puñaladas a su novia y salió de la cárcel después de 23 años

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Fabián Gerardo Tablado,  el femicida que mató de 113 puñaladas a Carolina Aló en 1996 , dejó el penal de Campana este medio día después de pasar 23 años en prisión por el crimen. “Estoy arrepentido y tengo mucho remordimiento”, dijo al cruzar la reja y dejar atrás la cárcel. Consultado sobre sus planes para el futuro, dijo que le gustaría poder reencontrarse con sus hijas, algo que no podrá suceder porque lo tiene prohibido por la Justicia.





“Soy consciente de lo que hice y no hay día que no piense en pedir perdón”, agregó a la salida del penal. Sin embargo, Tablado aseguró que quiere “hacer las cosas bien”. “Ya no soy la misma persona, no soy solo lo que hice en el pasado. Me esforcé muchísimo todos estos años para hacer todos los tratamientos”, afirmó.

El hombre aseguró que todavía siente culpa y que por eso quiere seguir reflexionando. “Los años que pasé preso me sirvieron para meditar, reflexionar y e incorporar valores que antes que no tenía”, agregó.

Tablado recuperó su libertad tras haber cumplido su pena. El caso se convirtió en uno de los policiales más resonantes de la historia criminal argentina, cuando todavía el delito de femicidio no estaba legislado. El padre de la joven solicitó ayer una medida de restricción perimetral para evitar que el asesino de su hija se acerque a su familia.

Tablado, que hoy tiene 43 años. Cometió el crimen cuando tenía 20. Cumplía su condena  en la Unidad 21 de Campana, ubicada sobre el kilómetro 5,5 de la Ruta 6, penal donde pasó sus últimos años en el pabellón 5, junto a los internos que profesan el culto evangelista.

La madre del femicida, María Esther Gallardo, anunció que iría a buscarlo a la salida del penal. La mujer no confirmó si a partir de ahora su hijo volverá a vivir con ella y su marido en Albarellos 348 de Tigre, la misma casa donde en 1996 cometió el crimen de las 113 puñaladas.

Desde que en diciembre se enteró que Tablado iba a ser liberado, Edgardo Aló, padre de la víctima, buscó la manera de evitar que «el chacal» -tal como llama habitualmente al asesino de su hija-, saliera de prisión. Cuestionó que se le dé por agotada la pena dos años y nueve meses antes de lo que había dispuesto la Justicia.

Tablado estuvo 23 años, nueve meses y un día encarcelado, cuando la Justicia había dispuesto que pase encarcelado 26 años y seis meses.

Por el crimen de Carolina Aló fue condenado en 1998 a 24 años de prisión, pero en 2013 se le sumó una condena a dos años y medio de prisión por «coacción» tras amenazar de muerte a Roxana Villarejos, la docente con la que en 2007 se casó estando preso y con quien tuvo hijas mellizas.

Si bien se le unificó la condena en 26 años y seis meses de prisión, pena que debía agotarse en 2022, los beneficios de la ya derogada Ley del 2×1 y los cursos que hizo en prisión como «estímulo educativo», hicieron que la pena del femicida llegue a su final este mediodía.

El padre de Aló solicitó ayer que la Justicia imponga una medida de restricción perimetral para que ahora que otra vez estará en la calle, el femicida de su hija no pueda acercarse a su grupo familiar.

Según las últimas pericias psiquiátricas realizadas sobre Tablado, se determinó que el hombre presenta sus facultades mentales «normales» aunque por el momento no se le permitirá ejercer la «responsabilidad parental» sobre sus hijas mellizas de 11 años.

El caso

El crimen de Carolina Aló ocurrió el 27 de mayo de 1996 en la casa de la familia Tablado, en Albarellos 348 de Tigre. La pareja fue hasta allí a la salida de la Escuela N°1 Marcos Sastre de Tigre, colegio al que asistían en el turno nocturno, donde mantuvieron una discusión.

Tablado, por entonces de 20 años, persiguió a Carolina por varios ambientes de la casa -escaleras, cocina y garaje- y la mató de 113 puñaladas aplicadas con cuatro armas blancas halladas en la escena: una cuchilla de cocina, dos cuchillos de mesa Tramontina y un formón de carpintería.

El homicida escapó, le confesó lo sucedido a un amigo y se escondió debajo del puente de la calle Tedín, en Tigre, a unas 20 cuadras del lugar del crimen, donde unas horas más tarde la policía lo detuvo.

En el juicio, querella y fiscalía lo acusaron por homicidio agravado por alevosía para lograr una perpetua y la defensa pretendía que se lo declare «inimputable», pero finalmente, en un fallo dividido, la Sala III de la Cámara Penal de San Isidro condenó a Tablado a 24 años por homicidio simple.

 

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