El castense Juan Carlos Miranda y su hija Jazmín participaron en una entrevista “vía Skype” en el noticiero central de la TV Pública. “Historia en primera persona: Sobrevivir al hundimiento del Belgrano”, fue el título de la emotiva entrevista que se emitió para recordar los 38 años del desembarco de las tropas argentinas en las Islas Malvinas. Jazmin aseguró que siente “un gran orgullo” de su padre. “Es un honor ser hija de un sobreviviente” del crucero General Belgrano y de la guerra de Islas Malvinas, aseguró la joven castense.
La entrevista fue “tripartita”. El noticiero central de la TV Pública tiene sus estudios en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mientras que el ex combatiente Juan Carlos Miranda participó de su casa en Eduardo Castex y la hija Jazmín participó de la entrevista desde Santa Rosa. Los Miranda confesaron que se extrañan, porque desde que comenzó la cuarentena obligatoria no hay podido juntarse.
Jazmín comenzó manifestando que desde pequeña “todos los 2 de abril vamos a los actos en familia y el 1 generalmente estamos en la vigilia”. “Cuando nos tocó estar lejos nos acompañamos a la distancia, pero siempre tratamos de estar juntos en esta fecha”, dijo.
“Desde chica soy consciente de todo, pero cuando vas creciendo vas entendiendo algunas cosas y tomas más conciencia”, explicó a los conductores. Confesó que la historia de supervivencia de su padre después del hundimiento del crucero General Belgrano “es muy emocionante por más que lo haya escuchado más de una vez”.
EMOTIVO RELATO
El castense Juan Carlos Miranda es uno de los sobrevivientes del crucero General Belgrano. Se incorporó en la Marina en setiembre de 1981 para cumplir con el Servicio Militar Obligatorio. En el crucero General Belgrano era guardia 33 y cubría de 4 a 8 horas y de 16 a 20 horas, recordó Miranda. El domingo 2 de mayo que fue “torpedeado” el crucero argentino, Miranda se encontraba de guardia en la Torre 2 cerca de la proa, donde impactaron los torpedos. Tomó la guardia “unos minutos antes” para que sus relevados escucharán un partido de fútbol por Radio Rivadavia, que se escuchaba por una retransmisión desde las Islas Malvinas. Después de preparar el mate, sintió las explosiones. «El barco quedó a oscuras, salía un humo verde y un olor a pólvora infernal”, destacó en la entrevista televisiva.
Miranda tenía asignada la balsa 55 que estaba en popa. Tuvo que recorrer 80 metros. Permaneció en el Océano Atlántico desde las 16.30 del domingo 2, hasta las 20.30 del lunes 3. “Éramos 19 en la balsa y se nos pinchó al principio; quedamos 8 y alzamos a otro muchacho que se había tirado al agua para unir una piola a un bote que tenía un motor fuera de borda y nos iba a sacar 70 u 80 metros de donde se hundía el barco”, relató. E indicó que cada uno tenía un rol asignado en la embarcación: un salteño tocaba la guitarra, otro rezaba el rosario y el castense tenía que inflar el piso y el costado de la balsa, y otros tenían que sacar el agua que ingresaba, y así se organizaron internamente.
“LA MITAD DE LOS MUERTOS”
El hundimiento del barco provocó 323 muertos. “La mitad o más de los que murieron en la guerra iban en el crucero”, se lamentó.
Durante la permanencia en el agua “vimos a los compañeros de división que faltaban y personas que han tenido serios inconvenientes, y nosotros tenemos que dar gracias a Dios por sobrevivir y dar lucha por los más de 600 que están allá y que son los fieles guardianes que custodian nuestra soberanía”, concluyó Miranda.
