En plena cosecha gruesa en el norte pampeano, son muy dispares los registros de los rindes, donde se reflejan las oportunas lluvias o la falta de agua en momentos claves de la campaña. La mayoría de los cultivos sufrieron la ausencia de precipitaciones durante el mes de febrero y los primeros días de marzo, cuando el estadío define su potencial. Un informe del Distrito 8 de Federación Agraria Argentina (FAA) revela que actualmente preocupa a los productores “la caída de los valores”, porque “en algunos casos no llega a justificar la recolección, por la poca expectativa de rinde”.
Las consultas con productores, profesionales de ciencias agronómicas y otros actores del sector agropecuaria, confirman que existen rindes “más que satisfactorios” de girasol en la zona de Alta Italia, con un promedio que superó los 20 quintales; pero no es así en el resto de las cementeras que sufrieron la falta de humedad, y más tratándose de suelos poco profundos, característicos de ese lugar.
Una situación similar ocurrió en la zona de Realicó, donde informaron “muy bajos rindes y en algunos lotes el fracaso total de la producción”. En la zona de Embajador Martini, existen dos situaciones totalmente distintas, porque al norte de la localidad los cultivos se vieron afectados por la falta de lluvias y algunos episodios climáticos, pero al sur hubo mejores lluvias y los cultivos recolectados responden “a la media de la zona”.
En la zona de Van Praet, Hilario Lagos y continuando hacia el este y algunos kilómetros al sur, el panorama es muy distinto. Ahí está favorecido por otro régimen de lluvias y suelos más profundos, condiciones que también alientan a la aplicación de mayor tecnología. Los datos recogidos de cultivos recolectados de siembras tempranas de maíz, algunos lotes alcanzaron entre 90 y 110 QQ, en tanto que la soja llegaría a un promedio de 35 QQ,y en casos puntuales superan los 50 QQ.
Hacia el oeste de Realicó, a ambos lados de la Ruta Nacional 188, donde la explotación agropecuaria tiende a inclinarse por la ganadería, pero alternado con lotes agrícolas, también se refleja la disparidad de rindes, por los efectos de un febrero caluroso y sin lluvias.
COSECHA ATÍPICA
El Distrito 8 de FAA destaca que este se trata de “un año atípico” porque “la sociedad esta convulsionada por la pandemia de Covid 19”. Aplicando protocolos sanitarios, el sector agropecuario pudo continuar trabajando. “Se puede observar el aislamiento de los trabajadores, donde ya no son habituales los asados y/o rondas de mate entre maquinistas, tractoristas, camioneros y controles técnicos”, destacaron.