Joseph Stiglitz, economista y premio Nobel, volvió a expresarse sobre el proceso de reestructuración de la deuda externa argentina y trató de «miopes e inhumanos» a los acreedores por querer «jugar como lo hacen habitualmente» en un contexto de pandemia.
El reconocido profesional cuestionó las exigencias de los bonistas y las comparó con la renta que se logra a través de un bono del Tesoro de Estados Unidos.
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«Si tomaran u$s1 y lo pusieran, por ejemplo, en un bono del Tesoro a 30 años, en 30 años tendrían u$s1,50. Pagar algo por posponer un pago tiene sentido; pero los acreedores, en efecto, no están pidiendo 50 centavos más, ¡están pidiendo $15 más!», remarcó Stiglitz.
«Si los informes sobre la oferta revisada que hicieron la semana pasada son correctos, todavía exigían cerca del 100% de lo que se debe», agregó.
El economista, que fue profesor del ministro de Economía, Martín Guzmán, sostuvo que los acreedores están tratando de convertir la negociación con Argentina en un ejemplo para todos los países deudores en problemas debido al Covid-19. «Es una estratagema desagradable para inducir a las naciones a alinearse y aceptar los términos severos que exigen los acreedores», subrayó. En ese sentido, sostuvo que el reciente «default técnico» tras incumplir un pago u$s500 millones es un «presagio» de lo que sucederá con otros países endeudados.
«Irónicamente, los grandes fondos de bonos se encuentran entre los mayores tenedores de deuda de mercados emergentes y son los que más pierden», enfatizó.
Joseph Stiglitz dijo que «el pronóstico es que muchos otros países, incluida la República del Congo, Zambia y posiblemente El Salvador, Irak, Sri Lanka y Brasil no podrán pagar lo que se debe, ya que la pandemia de coronavirus se traduce en una crisis ‘económica de coronavirus’ en la que las exportaciones se están derrumbando y los precios de los productos básicos están cayendo en picada».
Por lo tanto, reafirmó que los acreedores deben negociar de buena fe, teniendo en cuenta la realidad de Covid-19 y las limitaciones que trae. «Es una realidad sombría, sin duda, pero es una realidad que deben enfrentar», concluyó.