Con apenas 5 casos confirmados de coronavirus desde que la enfermedad llegó a la Argentina, la provincia de La Pampa logró frenar el avance del virus a tiempo con medidas rigurosas y controles permanentes que dieron como resultado ya casi dos meses sin nuevas personas infectadas y un aislamiento en fase 5 que permite a sus ciudadanos recuperar prácticamente la vida normal.
Así, La Pampa ostenta uno de los mejores estatus sanitario del país, con más de 55 días sin casos positivos y una cuarentena en la fase 5, que permite la apertura de comercios, industrias, restaurantes, gimnasios y actividades recreativas y deportivas y a partir de éste fin de semana y de manera permanente, se autorizan los reencuentros familiares y sociales.
En medio de la pandemia por el coronavirus, que impuso el aislamiento social, preventivo y obligatorio y que a partir de la semana próxima se denominará «distanciamiento», La Pampa transita por estos días la fase 5, con una flexibilización prácticamente total de todas las actividades, como comercios, la industria en un 95 por ciento a excepción solamente del turismo y la hotelería.
También están habilitadas la obra privada, el servicio doméstico, las peluquerías, el ejercicio de las profesionales liberales, la quiniela, las mandatarias de automotor, entre otros rubros, siempre con un protocolo acordado, y turnos en algunas actividades y horario reducido.
Tras acordar un protocolo sanitario con el gobierno nacional, este fin de semana en toda la provincia se pone en marcha la apertura de bares, restaurantes, confiterías con un tope horario de hasta las 24, y se permitirá de manera permanente los fines de semana y feriados los reencuentros familiares y sociales, pudiendo viajar quienes quieran hacerlo hacia distintas localidades del interior de la provincia.
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En lo que respecta a las actividades deportivas, el gobernador Sergio Ziliotto anunció que a partir de este lunes se abrirán los gimnasios, con un estricto protocolo de funcionamiento, de lunes a sábados de 8 a 20, ya se habían habilitado las caminatas, running, bicicletas y patinaje, y ahora se sumaron otras actividades como la pesca deportiva, tenis, paleta, aeromodelismo y atletismo, las cuales no generan contacto físico.
En cada anuncio, con una mayor flexibilización, el gobernador Ziliotto no solo pidió a las y los pampeanos «responsabilidad social», sino que de manera contundente advirtió que ante el incumplimiento de las disposiciones emanadas en el marco de la pandemia de coronavirus «no me va a temblar el pulso en clausurar, inhabilitar y dar marcha atrás con las medidas establecidas, porque no estoy dispuesto a tirar por la borda lo que con tanto esfuerzo hemos conseguido».
Fue por ello que lejos de relajar los controles del Estado ante una mayor flexibilización, el gobernador apeló a las fuerzas de seguridad de la provincia, gendarmería y del ejército para reforzar los controles en cada puesto caminero, dejando habilitados por el momento solo 10 de los 17, para mantener el estatutos sanitario que lleva más de 55 días sin casos positivos, razón por la que resolvió cerrar los límites interprovinciales aduciendo que «estamos rodeados por el virus».
Solo con San Luis, el gobernador de La Pampa abrió los límites, tras un acuerdo con el mandatario puntano Alberto Rodríguez Saá, con quien basados en la misma situación sanitaria resolvieron avanzar en tema medicamentos, expansión del banco de La Pampa en la provincia puntana y el turismo interno, para lo cual solicitaron autorización al gobierno nacional.
Cada pampeano que ingresa a la provincia, hasta el momento fueron más de 3600 y son unos 650 los comprendidos en el programa «Regreso a Casa», debe cumplir con el aislamiento preventivo y obligatorio en hoteles y albergues dispuestos para ese fin en la provincia.
En medio del reclamo de las Pymes, por la crítica situación financiera que les generó el cierre de sus locales, al igual que la industria y otros sectores, Ziliotto dispuso en su momento, una cartera de 1000 millones de pesos en el Banco de La Pampa a tasa cero, pero redobló su crítica a la banca privada y «por no sumarse en el otorgamiento de créditos en ésta coyuntura inédita» y resolvió aumentarle la tasa del 9 al 14 por ciento.
En el plano social, reenvió mas de 50 millones de pesos a los municipios para duplicar el monto de la tarjeta alimentaria y para salud no escatimó recursos invirtiendo hasta el momento poco más de 414 millones de pesos y en Desarrollo Social más de 224 millones de pesos. En el marco de la pandemia, el gobierno de La Pampa invirtió hasta ahora poco más de 1.530.000 de pesos.
El primer caso de Covid-19 que se registró en La Pampa fue el 24 de marzo pasado y, hasta el momento solo se contabilizan 5 positivos en total, todos importados y recuperados: es este estatus sanitario el que hoy le permite a los pampeanos tener una dinámica diaria diferente a varias provincias del país, con circulación viral.
A fin de «estar preparados para lo peor», como afirmó el ministro de Salud, Alberto Kohan, en la provincia se levantaron en tiempo récord dos hospitales modulares, con la participación de más de medio millar de trabajadores que en menos de 60 días: uno en General Pico y otro en Santa Rosa, lo que permite a la provincia afrontar la pandemia con una disponibilidad de camas de 102 y 84 con respiradores.
El gobernador Ziliotto sostiene que el estatus sanitario logrado por los y las pampeanas se debe a las políticas llevadas adelante por el gobierno pero fundamentalmente «por el acompañamiento de toda la sociedad» y sostiene que «esta pandemia ha puesto al desnudo una Argentina unitaria, construida por todos y es por eso que después de la misma, debemos repensar una nueva Argentina, con desarrollo armónico e igualdad de oportunidades».
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A las críticas que sectores de la oposición le formulan al presidente de la Nación, Alberto Fernández porque, dicen, «tiene la mirada de un país federal», les responde que «a la Argentina que trabaja le sobran porteños», haciendo alusión de que «son ellos los que pretenden instalar la grieta, los mismos que perdieron las elecciones hace 6 meses y buscan como pueden llevar agua a sus molinos».
Lo cierto es que dicen algunos, que no son pocos, que hoy en medio de esta pandemia, donde hay un aislamiento obligatorio, muchos quisieran venir a vivir a La Pampa, la provincia en la afirman «no pasa nada» pero sin embargo siguen pasando cosas y últimamente, muchas cosas buenas.
(*) Por Por Rita Soublé (Télam)