Por primera vez en Argentina, y en medio del conflicto entre Google y Cristina Kirchner , la Justicia reconoció lo que se conoce vulgarmente como “derecho al olvido” al fallar a favor de Natalia Denegri. La conductora, productora y empresaria argentina había iniciado una acción judicial contra Google para obtener la desindexación de los enlaces con contenidos, videos y notas publicitarias que la vincularan a la causa contra Guillermo Cóppola, en la que fue sobreseída y reconocida como víctima.
Los jueces Claudio Kiper, Liliana Abreut y José Benito Fajre de la Sala H de la Cámara Nacional en lo Civil no sólo confirmaron la sentencia de primera instancia de febrero del Juzgado Nacional de Primera Instancia de la Ciudad de Buenos Aires -en la que se reconocía el perjuicio que le generaba en la actualidad a Denegri la aparición de artículos y videos de su pasado mediático de los años ’90- sino que además reivindicaron la imagen de Denegri al reconocer que ella fue víctima de una maniobra delictiva en la que le implantaron pruebas falsas y la privaron de su libertad de manera ilícita.
Con este fallo, que retomó el debate entre el «derecho al honor y la protección de la intimidad» y la «libertad de expresión», los jueces hicieron lugar al pedido de Denegri para la desindexación de los enlaces que exhiban videos o imágenes de su pasado mediático, así también cualquier reportaje televisivo en el que hubiera brindado información acerca de sus experiencias de su vida privada.
Según consideraron, en su caso no cabe la figura de «censura» porque los contenidos a desindexar que solicitó la demandante carecerían de interés periodístico y no hacen al interés general.
El abogado de la conductora y productora, Martín Leguizamón, explicó que esta es la primera vez que se aplica el «Derecho al Olvido» en la Argentina y que esto sentará precedente en la jurisprudencia nacional con respecto a la responsabilidad de los buscadores de internet.
«La verdad que estoy muy emocionada con el fallo de los jueces de la Sala H de la Cámara Nacional en lo Civil porque reconocieron el derecho al honor y la privacidad y dejaron bien en claro que yo fui una víctima de un proceso judicial armado en el que me implantaron pruebas, me privaron ilegalmente de mi libertad y se violaron mis derechos cuando sólo tenía 17 años», celebró Denegri, en diálogo con Página/12.
«Pasaron más de 20 años desde que ocurrió todo esto, creo que ya es tiempo de dar vuelta la página y gracias a este fallo no sólo podré lograrlo sino que el día de mañana mis hijos sabrán que fui víctima de mi entorno y de una terrible maniobra delictiva, y que nunca dejé de luchar», agregó.