Liz, es una joven que nació en la Colonia Menonita de Guatraché. Se crió sin ningún tipo de tecnología ni luz eléctrica. Su infancia y adolescencia la pasó entre fábricas de queso, trabajo de campo y estudio de la Biblia. Se fugó a las 18 años. Caminó 80 kilómetros. Le prestaron plata y viajó. Desde hace dos años vive de la fotografía en La Plata.
La historia de vida de Liz la difundió Fotografía La Plata, en las redes sociales. Y allí brindan un relató sorprendente de su vida.
Liz, de noche, casi como un pecado, soñaba con conocer el mundo. Un día, un fotógrafo documentalista visitó la colonia en la que vivía. Aunque sólo pudo verlo de lejos, se enamoró de su trabajo, de esa máquina que capturaba imágenes. Nunca había visto una, difundió Fotografía La Plata.
El día que se fugó tenía 18 años. Caminó 80 kilómetros. Un vecino le prestó ropa de su hija para pasar desapercibida y le dio dinero. Con eso llegó hasta Mar del Plata. Conoció el mar y un grupo de chicos la ayudaron a buscar en internet lo que quería: aprender fotografía.
“Nuestra escuela fue la primera que le apareció. Ella creía que le quedaba cerca. Nos escribió, nos contó su historia, le explicamos que La Plata quedaba lejos de Mar del Plata. Por alguna razón se sintió cómoda con nuestras respuestas. Viajó a La Plata, llegó a nuestra escuela”, relatan.
En apariencia era tímida y temerosa, pero sólo en apariencia. Liz es dueña de un carácter en ebullición: nada la detiene. Estudió fotografía con nosotros. Tuvo la suerte de conocer buena gente que la ayudó a entender el mundo moderno (teléfonos, internet, tarjeta sube) y le dio trabajo y dónde dormir.
Le llevó tiempo, pero pudo comprarse una cámara. Cuando tuvo el dinero quiso pagarnos los cursos que había realizado (becada). No le aceptamos el dinero pero a cambio le pedimos contar su historia.
Ya hace dos años que vive de la fotografía. En nada se parece ahora a esa niña en escala de grises que pisó el aula por primera vez.
Hoy contamos su historia porque nos mandó una foto desde Ushuaia. Sí, la niña que se crió sin conocer la tecnología logró llegar hasta el fin del mundo en medio de una pandemia. Y creemos que todos tenemos mucho que aprender de su espíritu. (Fuente: Fotografía La Plata)