Edites es una pyme centrada en el desarrollo, fabricación y distribución de sillas de ruedas omnidireccionales que consiguió el apoyo de Toyota para realizar los primeros pasos en el mundo empresarial. Los asesoraron en conocimiento de sistemas de producción y un equipo de voluntarios les dieron asesoramiento en diferentes áreas.
Para entender un poco más al respecto, Mauro Tronelli, CEO de Edites y uno de los fundadores del proyecto, explicó que la iniciativa comenzó hace nueve años con una plataforma omnidireccional que usó como proyecto de cuando estaba en el secundario. En ese momento eran solo un grupo de amigos de Bahía Blanca que buscaban experimentar cosas realizables con una plataforma omnidireccional.
“Al año siguiente fuimos a estudiar electrónica a Bahía Blanca y quisimos empezar a darle una vuelta de rosca a esta idea y tratar de hacer algo más y de materializarlo de otra forma”, explicó Tronelli, y luego agregó: “Nos juntamos en la Universidad Nacional del Sur con economistas e ingenieros para ver cómo nos podían dar una mano para ver cómo seguir el proyecto”.
El emprendedor explicó que su producto tiene como particularidad la plataforma omnidereccional. Según sus palabras, se trata de una herramienta que tiene la capacidad de desplazarse en cualquier sentido de movimiento. Desde donde está sentado el usuario, puede ir hacia adelante, atrás, izquierda, derecha y en diagonal. Además, se puede girar sobre su propio eje y combinar movimientos que permite una libertad total en la movilidad, como si se estuviera caminando, algo que en los autos no se logra.
Como a muchas empresas, la pandemia también afectó a Edites, que esperaba presentar la silla de ruedas en los juegos paralímpicos de Tokio 2020, pero la idea quedó trunca debido a la suspensión del evento deportivo por el coronavirus.
Periodista: ¿Cómo llegaron a Toyota?
Mauro Tronelli: Mediante diferentes convocatorias de financiamiento terminamos de construir el prototipo para el 2018. Conseguimos validarlo con usuarios, ir a la Cumbre Mundial de la Discapacidad y ver cómo serviría nuestro producto con muy buenas respuestas. Pero nos faltaba volverlo algo real, aprobado por los diferentes organismos reguladores.
El proceso entre tener una idea desarrollada y poder venderla son aproximadamente tres años de homologaciones, con los distintos organismos reguladores de productos médicos. Fue por eso que nos pusimos en contacto con Toyota, especialmente del sector de Ingeniería, para poder volver realizable el proyecto.
Desde Toyota fomentan a que los empleados traigan nuevas ideas para realizar desde la empresa, mediante un programa de inventivos, que nos permitió conectarnos con Mariano Barriola, que fue la persona que nos recibió e incentivó para trabajar juntos. En este proceso también hablamos con el presidente de Toyota, Daniel Herrero, para empezar a trabajar con una misma mirada.
P.: ¿Cuál fue la ayuda que brindó la empresa al proyecto?
M.T.: Ellos nos ayudaron a abrir la fábrica, comenzar las homologaciones, darnos su sistema productivo y hasta conectarnos con proveedores de los materiales que necesitamos para fabricar nuestra silla de ruedas. Además, nos asistieron con equipos financieros, legales, supervisaron el proyecto y nos mostraron cómo trabajan en sus instalaciones.
Es algo que permite un aprendizaje de los dos lados, porque por un lado nosotros pudimos crecer mucho más rápido de lo que lo suelen hacer las pymes gracias a todo su apoyo en logística, desarrollo y su equipo de especialista, pero desde Toyota también están aprendiendo sobre nuestras formas de realizar las cosas y como le damos una vuelta de tuerca a sus métodos, como el “Toyota Production System”.
P.: ¿Cómo impactó la pandemia en el trabajo que realizan?
M.T.: El más directo fue con los proveedores, que nos agarró en una instancia donde empezábamos el ensamble de las sillas y de golpe se dejaron de enviar muchas piezas que no llegaban a la fábrica, para lo cual tuvimos que tratar de adecuarnos. Con algunas pudimos superar el desafío y comenzar a producirlas en nuestra fábrica, mientras que otras aún no logramos reemplazar.
Por otro lado, el hecho de que desde el ANMAT estén dando prioridad a la homologación de productos relacionados a todo lo que es Covid-19, por lo que la silla de ruedas quedó en un segundo plano que tendrá que esperar un tiempo.
P.: ¿Cómo es el plan de ahora en adelante?
M.T.: Los plazos que manejamos están atados a la homologación del producto, tuvimos que posponer la presentación y la preventa debido a la pandemia y estamos esperando a homologarlo con ANMAT para pensar en reanudar con los otros planes. Creemos que para noviembre vamos a poder comenzar con las pruebas, a pesar de que la silla seguramente ya esté lista para ese momento.