La llegada de la pandemia de Covid-19 obligó a modificar de lleno todos los planes, proyectos y deseos. Ir al río, al mar, a la montaña o donde sea aparece sólo como una ilusión y por eso muchas familias ya planearon clavar la sombrilla en el patio, prender el fuego seguido y jugar a las cartas al lado de una pileta de fibra de vidrio. Aunque se necesita una muy buena inversión, el boom de las piscinas hogareñas es una realidad a fuerza de encierro e incertidumbre.
«Tenemos muchísimas más demanda, octubre suele ser un mes muy fuerte de consultas pero este año es notable cómo creció la cantidad de gente que viene. Habitualmente la demora hasta la instalación una vez que se concreta la venta puede ser de 15 o 20 días, pero hoy tenemos hasta dos meses de plazo. Se disparó el interés porque por un lado la gente no puede planear vacaciones y por otro, ante la imposibilidad de viajar que se dio todo el año, decide destinar esos ahorros a tener una pileta en la casa», detalló Andrea, representante de una empresa pampeana que tiene su fábrica en Quemú Quemú y sucursales en Santa Rosa y General Pico.
Las piletas más demandadas son las de 6 a 8 metros de largo. Con todo el equipamiento de filtros, gabinete, más la instalación el precio puede arrancar en los 270 mil y llegar hasta los 500 mil pesos, publicó el diario La Arena. En las distintas firmas consultadas tienen decenas de modelos basados en tamaño, material, prestaciones y otros detalles que hacen a su fabricación y estética.
AUMENTO
«La cantidad de ventas debe haber subido un 30 por ciento más o menos, el sector de la construcción, que es donde entramos nosotros, se ha visto beneficiado en un punto por la pandemia y la gente busca tener un poco de confort y disfrute en su casa ante la imposibilidad de salir, por eso la chance de comprar una pileta entró en los planes de muchos que seguramente hace unos meses ni lo pensaban», analizó Gastón, que tiene una franquicia de la multinacional Igui y ofrece 29 modelos diferentes de tres colores distintos.
Según contó el responsable de la firma, la alta demanda genera que los turnos de instalación ya se estiraron hasta febrero. Además, la contracara del boom es que las fábricas no dan abasto con la entrega de los distintos componentes debido a distintas circunstancias como las actuales, relacionadas a la pandemia.
«Hay que tener en cuenta que cuando arrancó el aislamiento las fábricas estuvieron 70 días cerradas, y hoy tenés a muchas de esas firmas trabajando como pueden porque gran parte del personal está aislado, ese panorama se suma a una demanda fuera de lo normal como la que tenemos hoy entonces todo hace que los plazos se hayan descarrilado un poco», señaló Gastón al cronista del diario santarroseño.
TODOS QUIEREN
Desde uno de los comercios del rubro aseguran que las consultas llegan desde todos los barrios y desde las distintas clases sociales y económicas. Las ganas y la necesidad se amontonan pero las posibilidades no son para todos.
«Vienen desde Villa Martita, del Ara San Juan, del Plan 3000, del Lowo Che de Toay, de Villa Elvina, del Santa María; en eso no hay distinción, pero lo cierto es que se necesita disponer de una buena suma, por supuesto que es una inversión y es algo que disfruta toda la familia, por eso muchos hacen un gran esfuerzo y destinan todo a la pileta. Hoy no se puede viajar entonces la gente busca la manera en que va a pasar el verano», señaló Andrea.