Los precios congelados por la pandemia se empezaron a descongelar y, con ellos las expectativas de inflación para los primeros meses de 2021. Ya por el efecto de la emisión monetaria acumulada a lo largo de este año se espera que el año que viene los precios que no pudieron seguir a la inflación presionen sobre el IPC.
Para el ex ministro Lacunza, directamente el año próximo lo que se verá es un «inexorable fogonazo inflacionario», así lo aseguró esta mañana en un seminario de Quinquela Fondos. No se trata de una espiralización, sino del impacto conjunto de haber elevado la base monetaria y de no poder sostener los congelamientos ni los subsidios a las tarifas.
El caso de las comisiones bancarias, que quedaron inmóviles el último 19 de febrero, podrán aumentar a partir del año que viene y ya no tendrán que permitir las extracciones gratuitas en cajeros de parte de clientes de otros bancos. El Banco Central autorizó este jueves a las entidades a subir el precio de sus productos con un tope del 9% para el mes de enero y un adicional para el mes de febrero de otro 9%.
A esto se le suman la suba de la medicina prepaga en diciembre -que el Gobierno ayer autorizó que fuera solo del 10% y no del 15% como había habilitado anteriormente-, la suba de combustibles y el descongelamiento de las tarifas porque en el caso de la electricidad en este momento las facturas domiciliarias están cubriendo aproximadamente la mitad del costo de generación, distribución y transporte y generando un piso de 2,7% del PBI en el déficit fiscal.
En este análisis falta contemplar el precio de los alimentos. La carne a nivel mundial viene subiendo y los granos también. Si bien esto es una buena noticia para las exportaciones, no lo es tanto para el nivel de precios como se evidenció esta semana con la puja entre Comercio Interior y los productores de alimentos sobre los «Precios Máximos».
Si a todo esto se le suma una aceleración en el precio del dólar después de fin de año, los precios van a ser un rápido crecimiento. Por eso, las previsiones del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) dan cuenta de que el Gobierno podrá contener la inflación en el orden del 3,5% en noviembre -es decir más alta que la de octubre que rondaría el 3,2%-, pero a partir de diciembre ya los precios llegarían al 4% y al 4,1% incluso en enero y seguirán hasta marzo promediando el 4%.
Por eso, lejos del 29% augurado por Guzmán en la Ley de Presupuesto 2021, el mercado cree que el año próximo entre emisión y en algún momento una devaluación, los precios subirán 48,9% de acuerdo al REM de fines de octubre, más o menos lo mismo que esperan que suba el dólar mayorista a lo largo de 2021, es decir de $84 a $125.
El mismo Álvarez Agis advirtió esta mañana que será necesario «un mecanismo de relojería para que la inflación del año que viene se ubique en torno al 40%, con una recuperación económica del 5%. Y en este plan será importante las políticas que se adopten en materia de descongelamiento gradual, tanto en las tarifas de servicios como en el área de los precios de los alimentos».
Si el dólar, las tarifas y los servicios suben juntos en la primera mitad del año, en opinión del ex viceministro, se generará un piso de inflación difícil de contener el resto del año.