viernes 11, octubre, 2024, Eduardo Castex, La Pampa

Caso emblemático de violencia de género: Se cumplieron 23 años del triple crimen de Cipolletti

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A 23 años del denominado «Triple crimen de Cipolletti», en el que las hermanas María Emilia (24) y Paula González (17) y su amiga Verónica Villar (22) fueron asesinadas a golpes, tiros y puñaladas y sus cadáveres fueron hallados semienterrados junto a las vías del tren, sus familiares creen que se trata de «un caso más que quedará impune» y recordaron a las víctimas con una campaña de afiches con los que empapelaron a toda esa ciudad rionegrina.





«No tuvimos respuesta de la justicia, llegamos a un juicio y el resultado fue que tenemos un caso más que quedó impune en la provincia de Río Negro», dijo a Télam Ofelia Mosconi, madre de Verónica Villar, en referencia a un caso emblemático de violencia de género que se registró cuando aún ni se mencionaba la palabra femicidio.

Familiares y amigos de las hermanas González y de Villar empapelaron Cipolletti con carteles negros con los rostros en blanco de las jóvenes asesinadas y la leyenda «Ellas también salieron a caminar», con lo que intentaron mantener viva la memoria de las tres víctimas, asesinadas entre el 9 y el 11 de noviembre de 1997.

El hábito de muchos vecinos que se mantiene a lo largo de los años, en una ciudad rodeada de chacras con frutales, se convirtió hace 23 años en un hecho trágico para las tres chicas, cuando la tarde del 9 de noviembre de 1997 salieron a cumplir con su rutina habitual, que era una caminata por los alrededores de la ciudad.

Al no regresar, las familias radicaron la denuncia policial y se inició un rastrillaje sin precedentes de la que participaron decenas de vecinos que se sumaron solidariamente a la búsqueda.

Dos días después, el 11 de noviembre, Dante Caballero, con su perra ovejera, encontró los cadáveres de las jóvenes semienterrados en una zona conocida como Los Olivillos, a la vera de las vías del ferrocarril.

Según la autopsia, las víctimas presentaban heridas de arma blanca, disparos de armas de fuego y golpes que evidenciaban claramente la violencia que habían sufrido antes de ser asesinadas.

La comunidad de la región se mostró consternada por lo ocurrido, se realizaron multitudinarias movilizaciones encabezadas por los padres de las víctimas, Juan y Ofelia Mosconi y Ulises González y Susana Guareschi, en reclamo de justicia.

A pesar de la demanda popular, la investigación no logró el esclarecimiento total del hecho y el 5 de julio de 2001, la Cámara Segunda de General Roca condenó solamente a Claudio Kielmasz, en ese entonces de 44 años, como partícipe necesario del secuestro seguido de muerte de las tres jóvenes.

«A 23 años no sabemos qué pasó», dijo a Télam Ofelia Mosconi, quien considera a Kielmasz como solo una pieza del entramado que rodeó el hecho.

«Kielmasz apareció cuando se les cayó la acusación que hicieron apenas aparecieron las chicas contra (Hilario) Sepúlveda y (Horacio) Huenchumil», en alusión a dos hombres que vivían en la marginalidad y que fueron sospechosos del hecho hasta que finalmente fueron desincriminados.

«Al caerse esa causa, tenían que buscar a una persona que diera con el perfil de un asesino serial y esto dejó un montón de dudas porque no sabemos qué rol cumplió (Kielmasz)», indicó la mujer.

Es que, según Ofelia, este hombre «primero apareció como testigo protegido, después como coautor y finalmente como partícipe necesario, por lo que hoy está detenido».

«Lo peor que nos puede pasar es que nos quedemos en la casa mirando cómo suceden las cosas», dijo Ofelia Mosconi de Villar, quien hoy integra la Multisectorial de Mujeres contra la Violencia en Cipolletti, ya que –según dice– «la lucha es colectiva».

En tanto, el abogado de la familia González, Marcelo Hertzriken Velasco, señaló a Télam que el triple crimen de Cipolletti «es un caso que quedó parcialmente impune», ya que de los cinco procesados que tuvo el expediente inicialmente, solo fue condenado Kielmasz.

«Hubo justicia parcial porque siempre estuvimos convencidos de que intervinieron otros autores», dijo el letrado, quien marcó las diferencias existentes hoy con la forma de investigar, la capacitación de los criminalistas y la tecnología disponible para esclarecer este tipo de crímenes.

De hecho, Velasco fue el abogado que representó días pasados a la familia de Laura «Cielo» López, cuyo femicida fue encontrado culpable por un jurado popular sobre la base de la contundente evidencia científica del caso.

«Hace 23 años nadie portaba un teléfono celular y no estaba la tecnología de ubicación satelital porque hoy el celular es masivo, prácticamente todos portan celulares y la mayoría de las investigaciones criminales de la región y del país se centran en trabajar a partir de los últimos llamados y mensajes de las eventuales víctimas y también de la ubicación de celulares en zona con la geolocalización», explicó.

Respecto al condenado por el caso, el abogado consideró que «fue una pieza clave, no es un perejil y no creo que vaya mucho más lejos del grupo inicial de 5 personas que probablemente, por el grado de resistencia que opusieron las jóvenes, las ultimaron rápidamente y las ocultaron».

«La violencia de género es un problema sociocultural que es como una epidemia, no ha cesado, se ha incrementado como resolución de conflictos y como vinculación del varón con la mujer no solo en nuestro país sino en el mundo», concluyó.

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