Con un imponente despliegue visual, sonoro y musical Los Fundamentalista del Aire Acondicionado dieron su segundo show virtual desde que comenzó la pandemia. El espectáculo –que duró casi tres horas- se realizó en las ruinas de Epecuen, lugar que Solari había visitado tiempo atrás para realizar algunas imágenes. La lista de temas prácticamente no se repitió teniendo en cuenta el recital anterior, fueron 32 las canciones elegidas entre las que se destacaron dos nuevos temas: Las ventajas de rezar solo y Encuentro con un ángel amateur, el resto alternó entre clásicos de Patricio Rey y versiones de su etapa solista.
En un principio el streaming que -estaba pautado a las 21 y que sería emitido a través de Ticketek- colapsó por «dificultades técnicas» lo que provocó la rápida queja de los fans, llegando a estar entre los temas más destacados en redes sociales. Finalmente la banda ante la falta de respuestas por parte de la plataforma Ticketek, decidió liberar el show y transmitirlo en forma gratuita desde su canal de YouTube a las 23.45 horas.
«Estamos teniendo dificultades técnicas para la transmisión del show de Fundamentalistas del Aire Acondicionado. La transmisión del mismo no comenzó y estará disponible una vez que se solucione el inconveniente», informó la organización del evento en un comunicado. Finalmente, el concierto fue transmitido por YouTube a las 23.45 horas, y logró alcanzar más de 90.000 espectadores en vivo y en directo.
NÚMEROS
Seis días antes del concierto llegaron 80 personas que sumarían a 70 de Carhué y aledaños para formar un grupo de 150 personas para trabajar directamente en el concierto y un total de 250 indirectamente. Los que viajaron desde Buenos Aires se hospedaron en hoteles, cabañas y casas de Carhué.
La producción artística estuvo a cargo de Gaspar Benegas y Pablo Sbaraglia con la mirada atenta del Indio Solari. La dirección de la puesta en escena la hacía Matías “Mambrú” Mera. La producción general de “Rock y Reggae” de Eduardo Sempé. La producción audiovisual de Craneo films y kvk fotos con 16 cámaras, dos drones y una grúa de 14 metros.
Se usaron 3 mil litros de nafta para darle energía al lugar. Cuatro camiones. Cinco generadores. Maxi Marrone, iluminador que trabajó con Fuerza bruta, fue el encargado de diseminar luces en 40 mil metros cuadrados de ruinas y escombros que le darían el toque onírico al lugar.
Los músicos llegaron tres días antes del show junto al tour manager “Leli” De Ascentis. Estaba todo listo para que probaran sonido un día antes y ver cómo funcionaban las luces entre el atardecer y el anochecer de Epecuén.
El día del show había llegado. Estaba todo listo. Un control impedía llegar a las ruinas de la villa sin autorización. Solo unos pocos privilegiados de Carhué que colaboraron con la organización podían asistir con invitación.
DAMAS Y CABALLEROS…..
“Damas y caballeros. Los fundamentalistas del aire acondicionado», anunció la voz de Solari. La banda arrancó con la canción que da nombre al show “A los pájaros” con un cielo naranja celeste y de fondo las ruinas del Hotel Monterreal que construyó Mario Ciocca en los 60 y que se negó a abandonar en la inundación durante un tiempo viviendo en la planta alta.
Pasaron temas como “Rock para el negro Atila”, “El templo de Momo”, “El tesoro de los inocentes”. El telón de la noche cae para dar paso al juego de las luces sobre los escombros de una ciudad destruida y los árboles muertos de pie.
Baltazar cambió el vestuario para ametrallar con su guitarra en la “Parabellum”. La luna asomó entera como estaba premeditado. Todos los presentes lo festejan. El rojo baña el escenario. “Cruz diablo” en la voz de Colombo. “Un poco de amor francés” y Gaspar preguntó como se dice ramas en inglés y se responde “raims” para hacer “Ramas desnudas” con los árboles vestidos de colores luminosos.
Un escenario apocalíptico en un mundo devastado. El humo dibujó los hace de luces. El Hotel Monterreal es la enorme pantalla de las proyecciones. Ahora sí la banda y la puesta en escena comienza a jugar en todo su esplendor. Suena “Amok amok” y las imágenes de los fans recorren los edificios derrumbados para ilustrar “Juguetes perdidos”. Gaspar y Baltazar conversan con sus guitarras. Suena “Había una vez”. Dixon y Palacios bailan lentamente con sus panderetas. Estallaron los aplausos de los presentes que abandonan el silencio. Colombo y Tallarita meten un chiste entre tema y tema. Gaspar agradeció a todos “por no haber venido” y se mira con Sbaraglia con la complicidad del todo va bien. Seguramente la gente en su casa está en éxtasis sin saber que todavía faltaba lo mejor.
Llegó un bloque de canciones inéditas de los redondos de los cuales algunas los fundamentalistas nunca tocaron en vivo. “Rock de las abejas”, “Que mal celo” y “Pura suerte” del recordado demo RCA. Los casetes aparecen en la pantalla en homenaje a aquellos que se conseguían en forma pirata en lugares con Parque Rivadavia y que se copiaron para pasar de mano en mano. “Un tal Brigitte Bardot” completó el bloque. Seguramente uno de los momentos más festejados del show. Las balas acompañaron a “Pabellón séptimo” con Sbaraglia en la acústica. “Ya nunca voy a olvidarte Pablo” cierra el tema.
Comienzan los acordes de una canción desconocida y en pantallas aparece un Indio Solari nunca visto. De impecable traje negro. Por primera vez usa un saco para cantar el inédito “Rezar sólo”. Por primera vez también estrenó un tema vía streaming, cuya letra tenía guardada desde hace tiempo. La melodía recordó a un sonido Rolling Stone, pero sabemos que Mick jagger se tiene que hacer de abajo.
“Empiezo por el final. Terminaré en el principio” dice la letra de “Angel amateur”, cuya frase se escuchó en el adelanto del armado del show. Ahora la imagen del Indio se replicó en toda la ciudad. Es un Frank Sinatra trajeado que conmueve con una balada en un lugar donde diez años antes había visitado. Ahora está de otra forma. Unos días antes, el fotógrafo Kvk fue con Leandro Mera hasta el estudio Luzbola para grabar al Indio Solari con ese fondo negro.
“Mariposa Pontiac” con las imágenes del documental “Piedra que late”, “Flight 956”, “Strangerdanger” y obviamente “Jijiji” cerraron un show épico, que quedará grabado en la memoria de sus fans. En una ciudad en ruinas una banda tocó por primera vez para un mundo en pandemia a través de las selvas de Internet.
CUIDÉMONOS
Esta semana, la banda había aclarado que el recital, que iba a ser vía streaming desde la ciudad de Epecuén en la provincia de Buenos Aires, no iba a ser en directo, por lo cual los músicos les pidieron a sus seguidores que no vayan a la ciudad.
«Las cosas no están fáciles. Como siempre, cuidémonos entre todos», subrayaron desde un hilo de Twitter, que fue compartido también desde la cuenta oficial del Indio Solari, con el fin de continuar con los cuidados sanitarios frente al recrudecimiento de los casos de coronavirus en Argentina.
(*) Por Juan “Pipo” Gómez – FILO NEWS