20 de Abril de 1586 – Nace Isabel Flores de Oliva, en la Ciudad de Lima, Perú.
Su infancia fue común y nada llamativa, su compañero de juego fue su hermano Hernando (Lima 1584-1627), el cual siempre la apoyó y ayudó. A los doce años se mudó con su familia hacia Quives, un pueblo a 60 kilómetros de Lima ubicado en el Valle Chillón. Es aquí donde ella recibirá la confirmación de manos del futuro santo católico Toribio de Mogrovejo, su padrino fue el sacerdote del pueblo Francisco González. Es en Quives donde al parecer empezó con sus mortificaciones contrayendo un reuma muy fuerte, con consecuencias dolorosas para su recuperación, que ella ocultaba a su madre. Regresó a Lima con su familia ya siendo una joven. Debido a problemas económicos de la familia, trabajaba el día entero en el huerto y solía bordar con gran esmero para diferentes familias de la Ciudad y así ayudar al sostenimiento de su hogar.
A pesar de todo, se encontraba conforme con su forma de vida y no hubiera tratado de cambiarla si no hubiera sido por la insistencia de sus padres en casarla. Rosa resistió durante más de diez años y finalmente hizo voto de virginidad ante la imagen del «doctorcito» para confirmar su resolución.
Al cabo de unos años ingresó en la Tercera Orden de Santo Domingo a imitación de Catalina de Siena.
A partir de entonces se recluyó prácticamente en la Ermita que ella misma construyó, con ayuda de su hermano Hernando, en un extremo del huerto de su casa. Sólo salía para visitar al Templo de Nuestra Señora del Rosario y atender las necesidades espirituales de los indígenas y los negros de la ciudad. También atendía a muchos enfermos que se acercaban a su casa buscando ayuda y atención, creando una especie de enfermería en su casa.
La defensa de Lima:
En 1615, buques corsarios holandeses deciden atacar la Ciudad de Lima, aproximándose al Puerto del Callao en días previos a la fiesta de La Magdalena. La noticia corre pronto hasta Lima y con ello la proximidad y desembarco en el Callao, lo que altera los ánimos de los ciudadanos. Ante esto, Rosa reúne a las mujeres de Lima en la Iglesia de Ntra. Sra. del Rosario para orar ante el Santísimo por la salvación de Lima.
Apenas llegada la noticia del desembarco, la terciaria subió al Altar, y cortándose los vestidos y remangados los hábitos puso su cuerpo para defender a Cristo en el Sagrario. Los ánimos del vecindario eran alarmantes, llegando a huir muchos de Lima hacia lugares distantes.
Misteriosamente el capitán de la flota neerlandesa falleció en su barco días después, y ello supuso la retirada de sus naves, sin atacar el Callao. En Lima todos atribuyeron el milagro a Rosa y por ello en sus imágenes se le representa portando a la Ciudad sostenida por el ancla. En Argentina y Uruguay por el mes de agosto ocurre la «Tormenta de Santa Rosa». La tradición atribuye a Rosa el origen de este fenómeno natural que logró la huida de los enemigos de tierras peruanas.
Canonizada el 2 de Abril de 1671, por el Papa Clemente X, con el nombre de Santa Rosa de Lima.
Patronazgos: se cuentan alrededor de 60 patronazgos en el mundo, destaco los más importantes:
Patrona de América
Patrona de la República del Perú
Patrona de la Ciudad de Lima
Patrona de la Ciudad de Santa Rosa, Capital de la Provincia de La Pampa.