Una empleada municipal de Eduardo Castex luchó denodadamente por su vida y contra la Covid 19. Hoy después de casi 40 días regresó a su casa en el Barrio Gancedo, y los vecinos la recibieron con emoción, alegría y mucho afecto.
La pandemia potencia todo: los dolores y las tristezas, pero también las alegrías y las sorpresas.
Clelia, es una castense que estuvo aproximadamente 40 días internada en Eduardo Castex y General Pico, después de contraer el virus que acecha al mundo. Atravesó momentos muy dificultosos. Hubo muchas cadenas de oraciones, porque el futuro era totalmente incierto. Y en esas instancias tormentosas, los amigos, allegados y vecinos siempre derrocharon dos cosas: fé y esperanzas.
Atravesaron jornadas cargadas de tensiones e incertidumbres. El presente era dificultoso para asimilar, y el futuro… totalmente incierto. El trascurrir de las jornadas fue trayendo pequeñas mejoras. Hasta que la terapia intensiva quedó atrás, llegó una sala común, y finalmente el anhelado regreso a esta localidad.
Y ahí estaban ellos sobre la calle. Colgaron unos globos en el ingreso de la casa, y cuando apareció el auto que trasladaba a la recuperada vecina castense, espontáneamente surgieron los aplausos, los saludos y también dejaron correr alguna lagrima.
Los tiempos pandémicos no permiten abrazos, besos ni cercanías. Pero, la resiliencia y el poder de reconversión de los humanos, permite reflejar sensaciones con el rostro, con un gesto o con un aplauso. Y después las redes sociales hacen el resto….masificando esas sensaciones y compartiendo con el resto esos momentos que quedarán grabados en nuestras memorias.
Y mientras tanto seguimos usando el barbijo, mantenemos el distanciamiento social, nos higienizamos y potenciamos la empatía para cuidarnos y cuidar al prójimo. Y la vacuna hará el resto para ir recuperando la anhelada normalidad pos pandémica.
(*) Por Coclete Rosa
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