Los cambios en el Impuesto a las Ganancias de la cuarta categoría que comenzarán a regir desde julio implicarán un ingreso disponible adicional para los trabajadores de $50 mil millones. El dato, difundido por AFIP, tiene en cuenta lo que se les dejará de retener a 1,2 millones de personas durante el segundo semestre de 2021, y lo que se les devolverá en cinco cuotas de todo lo retenido desde enero hasta hoy. El Gobierno espera que en julio se vuelquen $8.000 millones a la economía, según estimaron fuentes oficiales.
Esos $50 mil millones dejarán de ser retenidos por AFIP y quedarán en el bolsillo de los trabajadores que ganan hasta $150 mil brutos. Esa masa de dinero, en caso de destinarse al consumo, genera ingresos al fisco por otros impuestos, como IVA o Ingresos Brutos, por lo que al menos un 22% del costo fiscal directo es contrarrestado por los efectos tributarios indirectos. Así se desprende de un trabajo realizado por el instituto IARAF. Las provincias y la Ciudad tienen en total mayor impacto fiscal negativo que el Tesoro nacional.
El Gobierno espera que esta mejora en el poder adquisitivo “impulse el consumo y dinamice el mercado interno”. Analistas coincidieron en que los cambios en Ganancias, en conjunto con un “paquete de medidas” podrían significar una mejora en el consumo. Sin embargo, resaltaron que no todos los ingresos extras irán al consumo debido al endeudamiento de las familias y la caída del poder adquisitivo de los salarios por la inflación.
“Los cambios en Ganancias van a motorizar el consumo, pero como parte de un paquete de medidas, que incluye la ampliación de la tarjeta alimentar, el aguinaldo, el incremento de las jubilaciones y las asignaciones, y sobre todo, las paritarias”, opinó Hernán Letcher, director del centro CEPA. En los datos se reflejará la mejora del consumo sobre todo por los bajos niveles de comparación de 2020, y porque mayo fue un mes “malo” debido a las restricciones sanitarias.
Consultado si una parte de esa mejora del ingreso puede presionar al dólar, Letcher lo descartó, debido a las restricciones a la compra del dólar oficial, pero además, porque son ingresos “con poca capacidad de ahorro”. De hecho, la mitad de los 1,3 millones de trabajadores que dejarán de pagar Ganancias cobran menos de $111 mil brutos, es decir, menos de $100 mil netos, según datos de Anses. Casi la mitad de quienes dejan de pagar se encuentran en la provincia de Buenos Aires.
Por su parte, Nicolás Zeolla, economista jefe de FIDE, opinó que los cambios en Ganancias van a “acompañar el repunte de consumo”, pero en un marco más amplio de “recuperación del salario en el marco de los acuerdos paritarios”. Sin embargo, destacó dos contrapuntos: por un lado, la preocupación porque la inflación termine con un ciclo alcista de poder adquisitivo que pueda darse por las paritarias. “Para que crezca el consumo es central que se recupere el salario real”, resaltó. Pero, además, remarcó que el consumo en pandemia no pasa solo por la variable de los ingresos, sino que hay actividades alcanzadas por restricciones sanitarias, como puede ser el turismo, donde el efecto no es tan directo como en otras etapas, “donde a mayor ingreso, mayor consumo”.
En tanto, el analista Damián Di Pace, director de Focus Market, estimó que no todo el ingreso extra que tendrán los trabajadores irá al consumo: “Una parte irá para compra de bienes durables, otra para mejorar la calidad de vida, como volver a comprar primeras marcas, o mejorar la obra social. Pero también habrá una parte que irá al ahorro y otra al pago de deudas con la tarjeta”. En la misma línea, Pedro Cascales, dirigente empresarial de CAME, aseguró que a nivel macroeconómico habrá una mejora del consumo con respecto a 2020, pero duda que el repunte alcance a los datos de 2019. “El empleado formal va a tener más para gastar, pero a la vez se perdieron en un año 220 mil puestos de trabajo formales, por lo que gente sin trabajo casi no consume, y el empleo informal pasa por una situación crítica”, opinó.