La Liga de Football Americano (NFL) multó con 10 millones de dólares al Washington Football Team después de que una investigación comprobara que empleados de la franquicia acosaron sexualmente, hostigaron e intimidaron a porristas y empleadas del equipo.
«El acoso y la intimidación ocurrían con frecuencia y muchos la describieron como una cultura de miedo -expresó el comisionado de la NFL, Roger Goodell, a través de un comunicado-. Numerosas empleadas reportaron haber experimentado acoso sexual y una falta general de respeto en el lugar de trabajo».
Goodell señaló también que los investigadores independientes a cargo del caso describieron el entorno laboral en el equipo como «muy poco profesional» tanto «en general como en particular para las mujeres» y que los dueños del equipo y sus directivos no solo no le prestaron atención al problema, sino que incurrieron ellos también en conductas inapropiadas, incluyendo el uso de un lenguaje degradante y la vergüenza pública.
«Esto marcó el tono de la organización y llevó a los ejecutivos clave a creer que el comportamiento irrespetuoso y la mala conducta más grave eran aceptables en el lugar de trabajo», afirmó el texto de Goodell.
La investigación empezó después de que 15 porristas de Washington Football Team alegaran haber sufrido acoso sexual mientras trabajaron en la franquicia deportiva.
Una de las denunciantes, Emily Applegate, dijo al diario The Washington Post que había sido abusada verbalmente por un exejecutivo de alto nivel y se le había ordenado usar ropa ajustada durante las reuniones con los clientes.
Appelgate, además, contó que las autoridades del equipo habían sido indiferentes a los reclamos de otra empleada que denunció haber sido manoseada por el dueño de un palco del estadio.
A raíz de las acusaciones, el equipo de Washington finalmente contrató al estudio de la abogada independiente Beth Wilkinson en julio de 2020 para llevar a cabo una investigación sobre la cultura laboral en la organización.
La NFL asumió la supervisión de las pesquisas antes del inicio de la temporada 2020.
Este jueves, la liga informó que la firma de Wilkinson había entrevistado a más de 150 personas -la mayoría de ellas empleados antiguos y actuales-, entre quienes estaba Dan Snyder, el dueño del equipo, que fue convocado dos veces en el transcurso de la investigación.
La NFL aseguró que ninguno de los gerentes o ejecutivos involucrados en las malas conductas seguían en el club.
Snyder, que no figuraba entre los acusados, emitió un comunicado de prensa en el que señaló que “en los últimos meses he aprendido mucho sobre el funcionamiento de mi club y el tipo de lugar de trabajo que teníamos».
«Ahora está claro que la cultura no era la que debería ser, pero no me di cuenta de la magnitud de los problemas, ni de mi papel al permitir que esa cultura se desarrollara y continuara. Sé que, como propietario, soy el responsable último del lugar de trabajo. Lo he dicho y lo repito», afirmó.
«Siento un gran remordimiento por las personas que tuvieron experiencias difíciles, incluso traumáticas, mientras trabajaban aquí», lamentó Snyder y se comprometió a que “nadie que trabaje aquí volverá a tener ese tipo de experiencia».
Los 10 millones de dólares de multa serán distribuidos en organizaciones que promueven iniciativas contra el acoso y por una mejor cultura laboral, particularmente para mujeres y minorías.
Dos años antes de las denuncias de acoso, el equipo de animadoras de los exRedskins -que cambiaron su nombre después de reclamos de organizaciones que señalaban que discriminaba los indígenas estadounidenses- reclamaron que se les exigió posar en toples durante una sesión de fotos para el calendario en Costa Rica.
Algunas de ellas también dijeron que se les demandó acompañar a patrocinadores a un club nocturno.