9 de Julio de 1816 – En decisión tomada por el Congreso de Tucumán, que sesiono en la Ciudad de San Miguel de Tucumán, fue proclamada una declaración con la que se hizo una formal ruptura de los vínculos de dependencia política con la Monarquía Española y se renunció a toda otra dominación extranjera. Este hecho ocurrió en casa de Doña Francisca Bazán de Laguna. La casa fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1941.
El 15 de Abril de 1815, una revolución terminó con el gobierno unitario de Carlos María de Alvear. Los revolucionarios exigieron la convocatoria de un Congreso General Constituyente. Inicialmente se enviaron diputados de todas las provincias iniciando las sesiones el 24 de Marzo de 1816. Cada delegado representaba 15.000 habitantes.
El Congreso se inició el 24 de Marzo con la presencia de 33 diputados. Según la decisión de los propios delegados, la presidencia del Congreso era rotativa y cambiaba cada mes.
No concurrieron representantes de las provincias del Alto Perú, que habían recaído en manos realistas, ni tampoco las provincias de la Liga Federal (Banda Oriental, Corrientes, Entre Ríos, Misiones y Santa Fe) por su enemistad con el Directorio (Unitario y pro-monárquico).
En una de sus primeras decisiones, el Congreso nombró Director Supremo a Juan Martin de Pueyrredón, uno de los diputados.
Durante varias semanas se discutieron los alcances de sus atribuciones y su funcionamiento interno, además de tomar decisiones de política nacional e internacional. El cuerpo tenía la facultad de intervenir en casi todos los asuntos que se presentaban a su consideración, lo que provocó interminables debates.
La presión de algunos de sus miembros, y de influyentes dirigentes nacionales, entre ellos el general Manuel Belgrano y el general José de San Martin, gobernador de la Intendencia de Cuyo, hizo que al fin, se iniciara la discusión sobre la Declaración de Independencia.
La votación finalmente se concretó el 9 de Julio. Ningún país reconoció en ese momento la independencia nacional. Las discusiones posteriores giraron en torno de la forma de gobierno que debía adoptarse para el nuevo Estado.
Las labores del Congreso continuaron en Buenos Aires, donde comenzó a deliberar a principios de 1817, y donde sancionó la Constitución Argentina de 1819 (de carácter Unitario). El Congreso fue disuelto en 1820, tras la derrota del Directorio en la batalla de Cepeda, que marcó el inicio de la Anarquía del Año XX.