Brian Castaño no pudo ganar la pelea que mereció ante el estadounidense Jermell Charlo y convertirse así en el primer latinoamericano en ostentar las coronas AMB, CMB, FIB y OMB (las cuatro entidades de boxeo más relevantes), pero su gran actuación lo hizo acreedor de un reconocimiento que le abre las puertas a otras peleas de gran magnitud, entre ellas la revancha con su rival del sábado a la noche.
Las tarjetas de los jurados Steve Weisfeld (114 a 113 para el argentino), Tim Cheatham (empate en 114) y Nelson Vázquez (ridículos 117-111 para Charlo) quedaron en la anécdota cuando el público que llenó el AT&T Center de San Antonio dio el veredicto inapelable de abuchear al dueño de casa reprobando el fallo.
Es la segunda vez que Castaño no gana una pelea que merece y sin embargo su figura sale agigantada. Le pasó en Texas como ya le pasó en marzo de 2019, en el Barclays Center de Brooklyn, cuando dieron empate su pelea con el excelente cubano Erislandy Lara, actual campeón mediano AMB.
El nacido en Isidro Casanova hace 31 años retuvo su título OMB, se quedó con la bronca de no llevarse las coronas de Charlo, pero se ganó el respeto de los fans del boxeo, que inundaron las redes sociales con mensajes repudiando el fallo sin ser precisamente argentinos, y también de personas vinculadas al deporte,
Así fue como un promotor de primer nivel como Lou Di Bella calificó al empate como «amable con Charlo» o como un gran ex campeón mundial como André Ward en sus redes sociales sentenció como «incompetente» al jurado puertorriqueño Nelson Vázquez y subrayó que «tiene que ser suspendido».
O como sitios especializados prestigiosos como boxing 247 o izquierdazo (el sitio de boxeo más leído en español) vieron ganar con claridad a Castaño, y otros más mesurados como boxingscene afirmaron que Charlo se salvó de la derrota en los tres últimos rounds.
Hasta un potencial rival como el australiano Tim Tszyu (1 en el ranking OMB, 3 en el CMB y 3 en el FIB) felicitó al argentino en su cuenta de Twitter.
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El boxeo es desde tiempos inmemoriales un deporte de apreciación pero la tecnología vino en su ayuda y así Compubox registró que Castaño conectó más golpes de poder, tanto en porcentaje (41% vs 40%) como en totales (164-98), además de dominar los impactos totales también en ambas categorías (30%-28% y 173-151).
En la única estadística que predominó Charlo fue en la de los jabs (un golpe casi siempre para mantener al rival a distancia) 53 a 9, algo lógico porque al ser más bajo de menor alcance Castaño apeló mayormente a los golpes voleados,
Pero lo que más define la superioridad del argentino es el cómo se desarrolló una pelea que respondió con creces a la expectativa: se peleó como Castaño quiso. Pese a ser superado en envergadura y alcance por el estadounidense, planteó muy bien su estrategia, avanzando con la guardia cerrada y llevando la iniciativa con rápidos ataques.
La contra de Charlo que lo puso en malas condiciones en el décimo round fue su mayor error cuando sus ventajas eran claras, pero el mal momento sirvió también para que aflore su guapeza y su excelente condición física. No en vano se concentró a fines de abril en Los Ángeles, dos días después de su casamiento.
Rara avis
Y esta no es una cita menor porque Castaño es una rara avis en el boxeo argentino, empezó a los 11 años, realizó 189 peleas como amateur (solo 5 derrotas y 5 empates) y 19 como rentado (apenas dos empates) y muestra tantas ganas como cuando a los 15 años entró a la selección nacional de boxeo.
En el horizonte aparece una revancha inmediata con Charlo, lo más conveniente para ambos ya que no se arriesgan a perder sus coronas en el camino. Se habla de que Charlo subiría a mediano, cosa es que no es sencilla porque en las 160 libras la figura es su hermano gemelo Jermall.
Otra alternativa es una revancha con Lara, que increíblemente también es monarca regular superwelter AMB porque Jermell Charlo es considerado «super campeón», un invento para que promotores y cadenas de televisión siempre tengan a mano un título para ofrecer.
La casa de los San Antonio Spurs de Emanuel Ginóbili asistió a una consagración que no necesitó de un triunfo. El chico que barría calles en Isidro Casanova y se colaba en la popular de Almirante Brown cumplió con su promesa 48 horas antes del combate: «Va a ser una guerra, no los voy a defraudar».