Con uno de cada dos monotributistas con deudas tributarias y una moratoria en curso, el Gobierno lanzó el programa Crédito Tasa Cero 2021 para ayudar a los trabajadores que no están en relación de dependencia a normalizar su situación fiscal y dinamizar la recuperación de sus negocios. Los que soliciten los Créditos Tasa Cero no podrán comprar dólares ni ahorro ni en el mercado bursátil.
La apuesta de Alberto Fernández es acelerar la economía en el sector comercio y entre los pequeños contribuyentes antes de fin de año mediante la garantía crediticia del FogAr dispuesta por el Ministerio de Desarrollo Productivo y la rápida capacidad de procesamiento de solicitudes que mostró el año pasado la Afip.
El programa apunta a cubrir la demanda de financiamiento de un sector golpeado por la crisis y con menos ventanillas disponibles que las pymes, pero con igual ahogo financiero. Su atractivo no solo radica en el subsidio del 100% de la tasa de interés, sino en el hecho de que cuenta con 6 meses de gracia y luego 12 cuotas fijas para su repago. En cambio su desincentivo radica en que excluye a los beneficiarios de cualquier forma de dólar para ahorra o giro de activos al exterior.
Un estimativo de 1,5 millones de monotributistas podría resultar beneficiado a partir del 25 de agosto cuando se ofrezcan estos créditos en la plataforma de la AFIP. No son la totalidad de los monotributistas porque aquellos que también están en relación de dependencia o bien están inscritos como trabajadores autónomos quedaron fuera del programa, de acuerdo al Decreto 512/2021.
La normativa también excluye a aquellos contribuyentes que sean jubilados, a la vez que deja afuera a todos cuya facturación sea emitida para el sector público en más de un 70% de sus ingresos y a los que están en situación de incobrabilidad en la Central de Deudores del Banco Central (situaciones 3,4,5 y 6).
En cambio, la morosidad con la AFIP no es motivo de exclusión. Al contrario, el programa fue concebido saldar las deudas con el fisco en un solo pago antes de poder acceder al resto del crédito, cuyo tope varía de acuerdo a la categoría.
Así, para los monotributistas de la categoría A el monto máximo a solicitar es de $90 mil; para los de la B es de $120 mil; y para todos los demás, de $150 mil.
El programa reedita el crédito otorgado en 2020 y que tuvo una morosidad de menos del 10%. Tanto en aquella ocasión como en esta, el Crédito es compatible con haber sido anteriormente beneficiados con un IFE. De hecho, los que quieran acceder al Crédito Tasa Cero 2021 y tengan deudas del programa anterior podrán acceder y cancelar el saldo adeudado con parte del dinero otorgado.
Desde un punto de vista macroeconómico, el impacto del programa es difícil de cuantificar porque depende de cuántas personas soliciten el financiamiento. El año pasado significó el desembolso de unos $41.800 millones a 334 mil trabajadores en una primera etapa con fuerte preponderancia entre los contribuyentes de la categoría D, de acuerdo a los datos del Ministerio de Desarrollo Productivo.
Por su parte, tras la presentación de esta línea de crédito, la vicejefa de gabinete Todesca Bocco señaló que: «El año pasado más de 560.000 monotributistas recibieron el préstamo a tasa cero», créditos que significaron «una inyección en la economía de unos $67.000 millones».
Así, este año podría inyectar una cifra no menor a los $70.000 millones en la economía en un segmento de la sociedad con una alto multiplicador de la demanda agregada porque consumen y reinvierten la totalidad de su ingreso.
Como explica Daniel Adler, especialista en Educación Financiera y mentoría para pymes y emprendedores: «Con la inflación que ronda el 55% anual, este crédito a tasa cero es un beneficio fantástico, es dinero bonificado que los contribuyentes deberían enfocar en crecer, en fortalecer la marca propia. En líneas generales, las deudas son positivas cuando se destinan a aumentar el capital de trabajo y negativas cuando se las usa para cancelar otras deudas, da igual si es una deuda con tasas altas como las de las tarjetas de crédito. Argentina da estas oportunidades, más que otros países, y tiene emprendedores con mucha resiliencia que apuestan a crecer. El comercio se sigue recuperando y la crisis va quedando atrás y saldremos de esta como de tantas otras. Si me preguntan, considero que lo mejor que pueden hacer es apostar a generar su marca en redes sociales y a dinamizar el revolving de mercadería con el crecimiento como norte».
Movilizar $70.000 millones implica volcar aproximadamente 0,2% del PBI al mercado en un segmento de alta reinversión y poco derrame hacia el dólar en sus inversiones, incluso si las redes sociales cotizan sus servicios en moneda extranjera. De allí que en el Gobierno hagan hincapié en la alta efectividad de este sector para «hacer girar la rueda».