Los representantes electos por las Comunidades Indígenas de La Pampa ante el Consejo Provincial del Aborigen (CPA) recordaron –este jueves 18- al gran cacique Panghitruz Gner (zorro cazador de leones) al cumplirse un aniversario más de su desaparición física.
Destacaron que “para esto y con el respeto que él y sus ascendientes se merecen, compartimos este relato del cacique escrito por Lucio V. Mansilla quien unos años antes, en 1870 lo había visitado en su toldería Leuvucó”
“El cacique general de las tribus ranquelinas tendrá cuarenta y cinco años. […] Es delgado, pero tiene unos miembros de acero. Nadie bolea, ni piala, ni sujeta un potro del cabestro como él. Una negra cabellera larga y lacia, nevada ya, cae sobre sus hombros y hermosea su frente despejada, surcada de arrugas horizontales. Unos grandes ojos rasgados, hundidos, garzos y chispeantes, que miran con fijeza por entre largas y pobladas pestañas, cuya expresión habitual es la melancolía, pero que se animan gradualmente, revelando entonces orgullo, energía y fiereza; una nariz pequeña, deprimida en la punta, de abiertas ventanas, de líneas regulares y acentuadas; una boca de labios delgados que casi nunca muestran los dientes, marca de astucia, una barba aguda manifestación de valor, y unas cejas vellosas, arqueadas, entre las cuales hay siempre unas rayas perpendiculares, caracterizan su fisonomía, bronceada por naturaleza».