Dos hombres fueron condenados hoy por haber intentado robar ropas y herramientas de la reserva natural Parque Luro. Todo lo sustraído fue recuperado durante el allanamiento a la vivienda de uno de ellos. Una tercera persona que participó del hecho no pudo ser identificada.
La sentencia, en el contexto de un juicio abreviado, fue dictada por el juez de control santarroseño, Gabriel Tedín, quien le impuso dos años de prisión de cumplimiento efectivo a Raúl Ernesto Álvarez Pérez, como autor de robo calificado por haber sido cometido en despoblado, en grado de tentativa, declarándolo reincidente, y la misma pena y por el mismo delito a José Luis Silva Gramajo, aunque en suspenso y en calidad de partícipe primario.
¿Qué pasó? En la noche del pasado 16 de noviembre, Álvarez Pérez y otro hombre fueron trasladados por Silva Gramajo, en su Peugeot 307, hasta las inmediaciones del Parque Luro. Aquel se bajó en la ruta nacional 35, ingresó al predio y, luego de romper un vidrio, sustrajo de un galpón una mochila, tres camperas, un chaleco, diez remeras, un buzo, cuatro pantalones, cinco pares de medias, un calzoncillo, un gorro, una gorra, un cuello polar, una motosierra, un bolso, un rollo de tanza, pinzas, tenazas, una tijera de podar, llaves, doce discos de corte, una tenaza, cuatro candados, destornilladores, electrodos, precintos, dos linternas, cinta aisladora, un prismático, dos motosierras, guantes, una amoladora, un taladro, cables, un hacha, antiparras, un martillo, un handy, mechas, cadenas, una cámara fotográfica, una botella de cerveza, tres latas de Dr Lemon, una soga y cuatro chorizos secos.
Luego Álvarez Pérez, un jornalero de 41 años, se comunicó con Silva Gramajo (40, mecánico), para que vaya a buscarlo. Poco después se logró detener a este último en su vivienda; mientras que aquel –cuando divisó a la policía– se escapó por los tapiales de distintas casas; secuestrándose finalmente todos los objetos robados.
El abreviado fue convenido entre el fiscal Andrés Torino, la defensora particular Vanessa Ranocchia Ongaro y los dos acusados.
Para la investigación fue muy valioso, según destacó Tedín en el fallo, que un oficial de la policía recibiera a las 22.40 la información de que había existido una comunicación entre Álvarez Pérez y Silva Gramajo, donde el primero le dijo “venite despacio…” y que ese contacto impactó en una antena ubicada en Ataliva Roca.
A raíz de ello, personal de la Seccional Primera de Santa Rosa y de la División Seguridad Rural montaron un operativo en el acceso sur de la ciudad y, al observar el ingreso del Peugeot, interceptaron a Silva Gramajo ingresando a su domicilio. A posteriori allanaron la vivienda y el vehículo y recuperaron el “botín”.
El magistrado explicó que el delito se cometió en grado de tentativa porque “ante la rápida y efectividad intervención policial”, los acusados no lograron disponer de las prendas y las herramientas sustraídas.
En el caso de Silva Gramajo, al recibir una sanción de ejecución condicional, quedó obligado a cumplir reglas de conducta durante dos años.