Una pareja de jóvenes sufrió discriminación transfobia por parte de los dueños de donde ellos querían alquilar un departamento.
Emma y Thiago, que viven juntos desde hace años, estaban en la búsqueda de un nuevo hogar dado a que el lugar de trabajo les quedaba lejos para ambos. En este sentido, a través de un intermediario, lograron conseguir un espacio disponible hasta que Emma contó, durante el proceso de consulta, que era una chica transexual.
«Adivinen a quiénes no les quisieron alquilar porque sus dueños son homofóbicos/transfóbicos. Sí, a nosotros», dijo en su cuenta de Twitter.
«Sé lo que significa ser trans y lo que conlleva. Por eso le dije a Thiago que por favor le preguntara a esta intermediaria si tenía problema con eso», aclaró y remarcó que, si bien ser trans no es su carta de presentación, sabe que «mucha gente detesta el hecho de que yo sea trans y niega mi existencia».
Según ella, lo que ocurrió es más común de lo que parece: «Ya he pasado muy feos momentos en entrevistas de trabajo, en bares, así que para evitar eso, prefiero mandarme al frente y si no le gusta me evito un mal momento».
En el momento en el que Thiago quiso corroborar el valor de la garantía para proceder con su próxima vivienda, consultó además si la condición sexual de su novia sería un problema. Allí fue cuando la intermediaria inmobiliaria les avisó la decisión que tomaron los dueños.
«Lo lamento, pero no se hace por el tema de tu pareja. El hombre es homofóbico y a la mujer le da lo mismo; cuando ella le comentó, se echaron para atrás», leyeron en el mensaje de WhatsApp.
Frente a ello, la chica dijo que se sintió muy mal al respecto y agradeció tener un novio a quien «no le da vergüenza»: «Tengo un trabajo estable donde me respetan y me dan mi lugar, mis padres me aman, y la mayoría de las personas no tienen eso».
En este contexto, también sostuvo que por eso la Educación Sexual Integral (ESI). «Es importante para esto: reconocer, validar y respetar las identidades de los demás”. “Esas cosas de las cuales todos hablamos pero que nunca se ejercen. Es fácil hablar de desigualdad cuando el perjudicado es otro», concluyó.