viernes 19, abril, 2024, Eduardo Castex, La Pampa

Operativo Cóndor: Cuando una veintena de jóvenes izó la bandera argentina en Malvinas

Durante la mañana del 28 de septiembre de 1966, las nubes proyectaban sobre Puerto Stanley una morosa luminosidad. Entonces se escuchó un rugido que bien podía confundirse con un trueno. Al menos eso creyó el tesorero colonial, Leslie Charles Gleadell, a cargo del gobierno interino de las islas Malvinas. La impresión no tardó en sucumbir bajo la persistencia de ese eco, justo cuando sonaba el teléfono.





Desde el otro lado de la línea, alguien se atragantaba con las palabras; era el oficial del Special Army Service (SAS) que comandaba la base militar.

Sir Leslie intentó serenarlo. Y para mitigar su propio nerviosismo, apuntó los ojos hacia la abúlica pradera que se extendía a través del ventanal. Fue en ese preciso instante cuando vio un enorme avión que se abría paso entre la bruma para aterrizar en la pista del hipódromo local.

Dentro de esa nave, el gobernador de Tierra del Fuego, contralmirante José Guzmán, permanecía con el rostro crispado y el cuerpo hecho un ovillo. Junto a él, una mujer rezaba.En tanto, arrodillado sobre su butaca, un hombre le sacaba fotografías a un muchacho abrazado al respaldo de un asiento para no perder el equilibrio. El tipo lucía anteojos con mucho aumento y una pistola Mauser.

El avión, un Douglas DC4 de Aerolíneas Argentinas, carreteó unos 600 metros por aquel campo embarrado. Segundos después, la escotilla se abrió. Y allí, exultante, estaba el de la Mauser y otro individuo que portaba una Beretta recortada. Tras ellos, otras 16 siluetas armadas –todas vestidas con el mismo modelo de anorak, a modo de uniforme – estallaron en júbilo, como si fueran estudiantes en viaje de egresados. No obstante, eran los protagonistas de una rocambolesca epopeya: el “Operativo Cóndor”.

El fotógrafo, desde la escalerilla, no dejaba de disparar su cámara. Era nada menos que el dueño del diario Crónica, Héctor Ricardo García.

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