A casi una semana del hallazgo del cuerpo, la policía detuvo al supuesto homicida de Carlos Curruqueo. Se trata de un hombre de apellido Jiménez, que vivía en cercanías del lugar donde fue hallado el cadáver, y a quien el pampeano había ido a visitar para reclamarle una deuda de 1.900.000 pesos por la venta de una camioneta que ya le había entregado. Se sospecha que fue él quien lo asesinó de por lo menos cuatro disparos en la cabeza.
La detención ocurrió ayer a las 16 de la tarde en el barrio María Elvira, en la localidad rionegrina de Fernández Oro. Según trascendió de fuentes judiciales, fue capturado en la vía pública por personal de la Brigada de Investigaciones de la provincia vecina, y al momento de su arresto no presentó resistencia, publicó el diario La Arena.
Jiménez tiene 38 años y desde un primer momento fue sindicado por la familia de Curruqueo como el potencial homicida. «Siempre sospechamos que fue él quien lo mató», dijo Cristian Curruqueo, hermano de la víctima.
«Carlos fue a su casa cobrar el dinero de la camioneta y después no se supo más nada de él. El ya tenía todo planeado, porque el pozo estaba bien hecho y a medida, muy profundo y además limpio al alrededor. Eso no lo haces el mismo día», sostuvo.
Pasaron por arriba
Cristian Curruqueo explicó que los agentes encargados de buscar a su hermano habían realizado rastrillajes en la chacra donde estaba enterrado, pero que no lo hallaron.
«Uno de los policías de Río Negro con los que hablé me dijo que durante la búsqueda habían pasado esa zona, también con drones, y que incluso ese agente había caminado por arriba de donde estaba enterrado el auto, que era un médano, pero que no lo vieron».
El hallazgo del cuerpo ocurrió algunos meses después de esa búsqueda, más concretamente el pasado 20 de este mes, cuando un cazador divisó en el médano el techo de la Kangoo. «Lo vio porque se había desenterrado, probablemente por los vientos y la lluvia», explicó el hermano de la víctima.
Plantado
Por las pericias realizadas en el vehículo, y por los resultados de la autopsia, los investigadores concluyeron que Curruqueo, de 48 años, fue asesinado en otro lado, y luego «plantado» en el pozo, dentro del auto. Esto se estableció a raíz de que en el interior del rodado no se hallaron rastros de sangre que permitan asegurar que fue ejecutado allí.
También se pudo establecer que fue ultimado de un disparo a quemarropas en la cabeza, y que luego habría recibido por lo menos tres disparos más a corta distancia. «Se encontraron seis fragmentos de bala pero cuatro orificios, por lo que se puede suponer que recibió cuatro y las balas se rompieron, o que recibió seis y que dos ingresaron por el mismo agujero», especificaron fuentes judiciales ligadas a la causa.
En el día de hoy, el fiscal Martín Pezzeta acusará a Jiménez de homicidio durante la audiencia de formalización.