Unas cien mil personas viven en Argentina con Parkinson, una enfermedad que afecta los movimientos, coordinación, tono muscular y el equilibrio para la que si bien todavía no hay cura, existen tratamientos cada vez mejores que permiten que quien la padece pueda tener una buena calidad de vida, indicaron especialistas en las vísperas del Día Mundial de esta patología neurodegenerativa.
Visibilizada a partir de casos de figuras públicas como el actor estadounidense Michael Fox, el boxeador Mohamed Alí y en Argentina el músico Carlos Alberto «Indio» Solari, la enfermedad de Parkinson es una afección del sistema nervioso central causada por la pérdida de células productoras de dopamina en el cerebro.
«El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después de Alzheimer. Los primeros síntomas suelen ser pre-motores como pérdida del olfato, constipación, trastornos en el sueño y en el ánimo», señaló a Télam Ricardo Maiola, médico del Programa de Parkinson y Movimientos Anormales del Hospital de Clínicas.
Y continuó: «Después aparecen los motores como lentitud, temblor, inestabilidad y rigidez, que es la resistencia para la movilidad pasiva y activa de las articulaciones». El especialista indicó que «el diagnóstico se hace a través del interrogatorio clínico y neurológico, no hay estudios que certifiquen la enfermedad (como biomarcadores o de imágenes), pero sí hay estudios que apoyan y otros que nos alejan del diagnóstico».
En la actualidad existen distintos tratamientos, tanto farmacológicos como quirúrgicos, aunque no se encontró todavía la cura.
«Dentro de los farmacológicos está la levodopa que es el ‘gold estándar’, y medicamentos de la familia de los agonistas dopaminérgicos que son muy útiles, sobre todo en etapas iniciales de la enfermedad y en pacientes jóvenes; los tratamientos son seguros y muy efectivos», señaló Maiola.
Añadió que «también existen tratamientos quirúrgicos para un grupo de pacientes que lo necesitan, por ejemplo, los que tienen temblor que no puede controlarse con medicamentos o los que tienen muchos años de evolución de la enfermedad y presentan disquinesias, que son movimientos involuntarios generados por la levodopa».
Dentro de las alternativas quirúrgicas se encuentra la Estimulación Cerebral Profunda (o DBS por sus siglas en inglés), que actualmente se aplica a unas 175 mil personas en todo el mundo.
«La terapia de Estimulación Profunda busca controlar los síntomas motores de los pacientes, así como probables complicaciones y fluctuaciones que puedan desarrollar debido a la terapia farmacológica», explicó Carlos Alberto Ciraolo, Jefe de la Sección de Neurocirugía Funcional del Hospital Italiano de Buenos Aires.
La terapia trabaja en forma análoga a un marcapasos para el corazón, y consiste en el implante de un neuro estimulador en el cerebro que produce impulsos eléctricos para bloquear o regular los mensajes cerebrales anormales que causan algunos de los síntomas motores del Parkinson.
«Cada caso debe analizarse con rigurosidad para asegurarse que sea la opción adecuada para el paciente, aunque esta terapia es una de las más avanzadas para tratar la condición; en estos casos, el objetivo siempre es mejorar la calidad de vida, el nivel de independencia y la funcionalidad de nuestros pacientes», explicó Ciraolo. A diferencia de otras cirugías para el Parkinson, la estimulación cerebral profunda es reversible.
El especialista describió que, además, en las primeras etapas de diagnóstico se pueden recomendar cambios en el estilo de vida y terapias que puedan mejorar algunos síntomas de la enfermedad como una modificación en la dieta, terapia de lenguaje, fisioterapia o terapia ocupacional.
«La familia y el acompañamiento del paciente también juegan un rol fundamental en cómo se transita la enfermedad», agregó.
La Enfermedad de Parkinson es una de las patologías neurodegenerativas más comunes relacionadas con la edad, afecta al 1% de los pacientes mayores de 60 años y al 0,3% de la población general, calculándose una prevalencia cercana al doble de la actual para el año 2030, de acuerdo a la Escuela de Medicina de la Universidad de Texas.
«No hay una cifra exacta de cuántas personas afecta en Argentina; la Asociación Parkinson Argentina estimó que son 90 mil y otras fuentes señalan unas 120 mil, así que estimamos que serán seguro unas cien mil personas», sostuvo Maiola.
En el año 1997, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 11 de abril como el Día Mundial del Parkinson en conmemoración del aniversario del nacimiento de James Parkinson, el médico británico que describió por primera vez la enfermedad.