La Secretaría de Comercio, conducida por Guillermo Hang, comenzó las negociaciones para renovar la canasta de Precios Cuidados. Según supo Ámbito de fuentes oficiales, permitirán mayores subas en los ítems incluidos para la nueva etapa del programa que se relanzará el próximo 7 de julio.
Esta decisión se basa en un diagnóstico: la brecha de precios entre los productos del programa y el resto de los que se encuentran en las góndolas provoca una mayor demanda de Precios Cuidados, lo que genera desabastecimiento de estos artículos en los supermercados. Así, el Gobierno reforzará una idea de la que ya se venía hablando: permitir mayores subas relativas a cambio de que las empresas garanticen que no falten estos productos.
«La prioridad número uno es garantizar el abastecimiento«, comentó un funcionario en diálogo con este diario. Es que, en simultáneo, intentarán obtener el compromiso de las empresas alimenticias y supermercadistas de que los productos no regulados (los que no integran el programa) aumenten a menor velocidad para que se haga efectiva la reducción de la brecha.
La cuestión pasará por ver si la convalidación de mayores incrementos en Precios Cuidados, en un contexto de muy elevada inercia, no termina por contribuir a recalentar la inflación. Para intentar que las compañías no trasladen esas subas al resto de los productos en la misma proporción, la estrategia será el diálogo con las empresas, que vienen demostrando (incluso en declaraciones públicas) su pulsión por remarcar.
Por lo pronto, en el Palacio de Hacienda plantean que el escenario que proyectan es el de un IPC que continuará desacelerándose mes a mes. En mayo, según estimaciones privadas, habría quedado por encima del 5%.
Por otra parte, de cara a la renovación de julio, Hang y su equipo estudian reducir el tamaño de la canasta de Precios Cuidados, hoy compuesta por unos 1350 artículos. Sería otra de las prendas de cambio para reforzar el abastecimiento del programa. Aún no está resuelto qué productos podrían salir del listado, pero el foco estará puesto en los que consideran «menos esenciales».
A su vez, el Gobierno trabaja en la adecuación o modificación de los tres fideicomisos que están actualmente vigentes. Según la lectura oficial, estos instrumentos son buenos y sirven para hacer un desacople parcial de los precios internos con los externos, pero fueron pensados y diseñados para contextos menos volátiles que el generado desde el estallido de la guerra en Ucrania. Por eso, tanto el fideicomiso de harina 000 y fideos secos, como el de aceite están agotando antes de tiempo los recursos que tenían disponibles para todo 2022.
El aumento de los commodities explica la rapidez con que se agotaron los fondos aportados por las empresas. Es por eso que los funcionarios barajan la posibilidad de pedirles que aporten más recursos para darle continuidad a la herramienta en lo que resta del año, junto a otras posibles adecuaciones.
En cuanto al Fondo de Estabilización del Trigo, que subsidia la bolsa de harina mayorista con lo recaudado por la eliminación del diferencial sojero de retenciones, por el momento cuenta con las tres empresas molineras que se habían sumado antes de la partida de Roberto Feletti. Fuentes oficiales adelantaron que están cerca de incorporarse otras cuatro. Entre ellas, estaría Morixe, uno de los molinos con mayor peso en el mercado. Molinos Cañuelas, el más grande, ya está dentro.
Ahora 12
Ahora 12, otro de los programas de la Secretaría, también tendrá cambios. En línea con la suba de tasas que viene implementando el Banco Central, revisarán al alza el costo de financiamiento para las personas que decidan utilizar las tarjetas para realizar compra de productos en cuotas.