La Policía de Eduardo Castex detuvo a un hombre condenado a nueve años de prisión por el abuso sexual de la hijastra, dado que quedó firme la sentencia y desde la Justicia dispusieron la detención y traslado a Santa Rosa. El condenado cumplía con arresto domiciliario desde 2019, y lo monitoreaban con una tobillera electrónica.
«Desde la Justicia solicitaron la detención porque quedó firme la sentencia donde fue procesado, y tras la detención y se concretó el traslado a la ciudad de Santa Rosa», relataron fuentes policiales.
El acusado, un albañil de 46 años, en primera instancia fue condenado -en octubre de 2019- a nueve años de prisión, como autor y penalmente responsable del delito de abuso sexual simple y abuso sexual con acceso carnal de una menor de 13 años, doblemente agravado por ser encargado de la guarda y por haber sido cometido contra un menor de 18 años aprovechando la situación de convivencia preexistente, todo como delito continuado. La víctima fue una hija de su pareja.
El fiscal Cristian Casais había pedido una sanción de 13 años de prisión, atendiendo -entre otros argumentos- al «estado de indefensión de la víctima y su vulnerabilidad, teniendo en cuenta los padecimientos sufridos por su carácter de menor y como niña/mujer que tenía, al momento del hecho más grave, solo 12 años».
El defensor particular, José Mario Aguerrido, alegó por la absolución del imputado y su inmediata libertad, y sostuvo que el Ministerio Público Fiscal no respetó el principio de congruencia al modificar la plataforma fáctica durante el juicio oral.
CONDENA
Boulenaz dio por probado que el acusado realizó tocamientos a la víctima desde que tenía nueve y hasta los 12 años -en la vivienda familiar- y que en diciembre de 2018, al quedarse solo con ella, mientras la menor miraba televisión, la abusó.
Al fijar la pena, el magistrado valoró positivamente a favor del imputado la falta de antecedentes penales y que trabajando se procura el sustento. En cambio tuvo en cuenta negativamente «la edad de la víctima -en pleno proceso de formación de la personalidad-, quien vio vulnerada de manera grave su integridad sexual; la extensión del daño causado (tuvo problemas escolares, se autoagredió, tiene miedo, y otros); y la reiteración de los acometimientos sexuales».