15 de Septiembre de 1865 – El primer asentamiento en el lugar se debe a Henry Libanus Jones, ganadero y explorador de origen gales, residente en Buenos Aires desde 1810 y que fundó el Fuerte Paz a orillas del río Chubut en 1854 como puesto de avanzada para expediciones de caza y recogida de ganado cimarrón. Sin embargo, aún no se han hallado restos que prueben sin riesgo de duda el sitio exacto donde fue construido.
Los colonos galeses denominaron a la nueva colonia junto al río Trerawson (en gales: Pueblo de Rawson), en reconocimiento al entonces Ministro del Interior de la Argentina, quien había facilitado las tramitaciones oficiales que les permitieron instalarse en esa región patagónica.
Iniciaron el trazado y la construcción de sus casas, y el 15 de Septiembre de 1865, con la presencia del comandante militar de Carmen de Patagones, teniente coronel Julián Murga, delegado al efecto por el gobierno nacional se fundó oficialmente la ciudad de Rawson, sobre una loma de grava y arena junto al río, a escasos metros de la localización del fortín viejo.
Con Julián Murga viajó a la zona el agrimensor Julio V. Díaz, comisionado para efectuar el trazado definitivo del pueblo, y la demarcación de las tierras que el gobierno argentino cedía a la colonia galesa.
El representante de los colonos ante el gobierno nacional era Lewis Jones, en cuyo honor se nombró posteriormente a lo que sería la vecina ciudad de Trelew (en gales: Pueblo de Lewis, Luis).
La única vía de comunicación de la colonia con el resto del mundo se efectuaba a través de la desembocadura del río Chubut, donde en un pequeño desembarcadero, precursor del actual Puerto Rawson, arribaba de vez en cuando alguna goleta con destino a las Islas Malvinas, o trayendo provisiones enviadas por el gobierno de Buenos Aires. El 3 de Julio de 1866 llega el Cacique Chiquichano con los primeros indígenas que se acercan al pueblo. Enseñan a los galeses a cazar y cuidar el ganado, y comienza el trueque entre ambas comunidades. La buena relación entablada desde un principio con los patagones, fue sin duda una de las causas que permitieron la supervivencia y éxito de la colonización galesa.
En 1874 arriba un segundo contingente de familias galesas, completando para esa época una población residente de alrededor de 200 personas. Para 1876, el pueblo estaba formado por no más de veinte casas de adobe dispersas, sin cercados ni forestación. En 1877 se inaugura la primera escuela, en un local de ladrillos construido a tal fin.