El retorno de Gales a una Copa del Mundo de la FIFA después de 64 años estuvo opacado por el juicio a su exentrenador Ryan Giggs, procesado por violencia de género contra su expareja.
Camino a Qatar 2022, el seleccionado británico convivió con alentadoras actuaciones dentro del campo de juego y preocupantes noticias en los tribunales, lo que condicionó el proyecto de acaso la máxima figura de la historia del fútbol galés.
Giggs, de 48 años, prócer del Manchester United en la era de Sir Alex Fergurson, dirigió por última vez al equipo en marzo de 2021 en la victoria como local sobre República Checa (1-0) por las Eliminatorias Europeas, un resultado que al final de la competencia regular fue decisivo para acceder al repechaje.
Meses antes de ese compromiso, en noviembre de 2020, había recibido arresto domiciliaro en el marco de la investigación por agresiones a Kate Greville.
Cuando recuperó la libertad, Giggs fue denunciado por agredir nuevamente a su expareja y también a la hermana Emma Greville, víctima de heridas en un codo y el labio.
La Asociación de Fútbol local (FAW) decidió apartarlo preventivamente del cargo en abril del año pasado y en su lugar designó a Rob Page (47), exseleccionador sub 21 que formaba parte de su cuerpo técnico.
Page, defensor de los «Dragones» durante una década (1996-2006), completó la clasificación mundialista con éxito. Su equipo fue escolta del Grupo E con 15 puntos, detrás de Bélgica (20) y por encima de República Checa (14).
El segundo puesto lo habilitó a jugar una repesca de local ante el seleccionado de Ucrania a tres meses de la invasión de Rusia en ese país.
El mediocampista Gareth Bale, figura y máximo referente actual, anotó en Cardiff el gol que aseguró la segunda participación en un Mundial después de Suecia ’58, donde se clasificó quinto tras caer con el campeón Brasil de Pelé, Didi, Vava, Garrincha y Mario Zagallo en los cuartos de final.
Días después del histórico logro, con la fecha del juicio confirmada, Giggs renunció definitivamente al puesto que había tomado en 2018.
«No quiero que los preparativos del país para la Copa del Mundo se vean afectados, desestabilizados o puestos en peligro de ninguna manera por el continuo interés en torno a este caso», expresó en su comunicación oficial.
