La historia lo avala y el presente lo posiciona: Brasil, el máximo ganador de la historia de los Mundiales, arriba a Qatar 2022 con fundamentos futbolísticos probados para engrosar su leyenda y coronar el hexacampeonato que le resulta esquivo hace 16 años.
Un buen porcentaje de la crítica especializada lo ubica como el aspirante más serio para levantar la copa en Lusail, el 18 de diciembre, por encima de otros grandes favoritos como Francia -defensor el título-, Argentina, Alemania o Inglaterra.
Esta consideración no está solamente relacionada con la impresión que genera su vitrina sino también basada en un razonamiento sobre el virtuoso proceso que inició su director técnico Tite en 2016 cuando la Confederación Brasileña (CBF) decidió despedir a Dunga por el fracaso en la Copa América Centenario.
El entrenador que había sido campeón de todo con Corinthians (Copa Libertadores, Recopa Sudamericana y Mundial de Clubes en 2012) tomó a la «Canarinha» a mitad del ciclo mundialista y la llevó hasta los cuartos de final de Rusia, instancia en la que cayó frente a Bélgica.
Después vino lo mejor: el perfeccionamiento de un equipo confiable y protagonista; el título de la Copa América 2019 en casa y la clasificación al trote para Qatar 2022 con unas Eliminatorias brillante.
El único lunar del ciclo Tite fue la final de la Copa América postergada por la pandemia (0-1), el 10 de julio de 2021, un mojón en la historia del fútbol argentino por el «Maracanazo» que significó el quiebre de una sequía de 28 años para la «Albiceleste».
El nico lunar del ciclo Tite fue la final de la Copa Amrica postergada por la pandemia 01 el 10 de julio de 2021 un mojn en la historia del ftbol argentino Foto archivo
El único lunar del ciclo Tite fue la final de la Copa América postergada por la pandemia (0-1), el 10 de julio de 2021, un mojón en la historia del fútbol argentino / Foto archivo.
El tránsito hacia la Copa del Mundo en Medio Oriente marcó un récord. Incluso con un partido menos por la suspensión del clásico con Argentina en San Pablo, sumó 45 puntos, un registro inédito en la historia del fútbol sudamericano.
De 17 partidos disputados ganó 14 y empató 3, marcó 40 goles (2,35 de promedio por juego), recibió apenas 5 y finalizó en 13 oportunidades con su valla invicta.
«Ahora toca llegar a la final (en Qatar) y ser campeones. Esa es la verdad. Las expectativas son muy altas», asumió Adenor Leonardo Bacchi, gaúcho de 61 años, quien ya anunció que dejará su cargo al final de la competencia FIFA.