En un emotivo acto se impuso el nombre de la profesora Pilar Saiz de Giorgi a la Sala de Música del edificio donde funcionan la Escuela 44 y la Escuela para Adultos 3 de Eduardo Castex. La homenajeada durante más de seis décadas se dedicó a la enseñanza de música, en el ámbito privado y público, y ahora su nombre quedó plasmado en el ingreso a un aula, en una escuela donde la totalidad de las salas tienen nombre de varones.
Las directoras Rosana Alejo (Escuela 44) y Ana Regojo (Escuela para Adultos 3) entregaron la resolución ministerial a la hija de la reconocida, María Magdalena «Marita» Giorgi, donde se impone el nombre de Pilar Saiz de Giorgi a la sala de música.
Nacida en 1919, los familiares recordaron que de pequeña dibujaba teclas de un piano en un cajón de verduras, y jugaba a ser pianista. Estudió en la Escuela 44 y cuando egresó se dedicó a estudiar música en Eduardo Castex y después en Santa Rosa. En la capital pampeana estuvo a cargo del Conservatorio Santa Cecilia, y en 1942 comenzó con la enseñanza en esta localidad, y simultáneamente estudió acordeón a piano hasta el año 1951.
El Conservatorio no solamente tuvo un rol formativo y recreativo, sino también social. Porque los alumnos y profesores participaban en las actividades de los clubes e instituciones sociales y realizaban recitales de fin de curso.
En la actividad pública trabajó en las escuelas 44 y 195 de Eduardo Castex y la escuela 55 de Luan Toro, además en el colegio Manuel Belgrano y el Instituto Terciario de Formación Docente en esta localidad.
Durante más de seis décadas formó a los profesores de música que se desempeñaron en la zona, y también músico que llegaron a la orquesta de Feliciano Brunelli como fue Mario Baravalle, u otros que continuaron sus trayectorias en el extranjero: Carlos «Pikin» Lamoretti en Italia y Daniel Rodríguez en España.
Afectos y lágrimas.
El coordinador de Educación para Adultos de la Zona Norte, Leonardi Aicardi, en su discurso destacó que las escuelas «tienen algo extraño», porque «todas las aulas tienen nombres de varones, y sabemos perfectamente que quienes han sostenido a la escuela pública a lo largo de su historia han sido generalmente las maestras».
Seguidamente recordó que en este edificio, la sala de música «era la única que no tenía nombre, y decidimos que debía tener el nombre de alguien representó a la música». «Es una reparación porque la escuela tiene más de 100 años y recién ahora le podemos poner un nombre a esa sala», agregó.
La hija de la homenajeada, Marita Giorgi, se observó muy emocionada. «Siempre recojo lo que mi mamá sembró, en la cara de los adultos, en los niños que estudiaron con mi madre y continuaron conmigo», destacó. Recordó que se crio en una «casa abierta», donde «los chicos iban a estudiar (música) y se quedaban a jugar conmigo».
«Mi mamá no hubiera sido esa persona sin mi papá que la acompaño en todo momento y sus laderas, porque siempre tuvo gente trabajando hasta el final de sus días, y hubo dos lemas extrafamiliares que la acompañaron hasta el final», resaltó. Y ejemplificó: «el 9 de marzo (de 2001) tomo los exámenes y el 2 de abril falleció, y a su lado estaban Amalia (Alcalde) e Iris (Pacheco) sus dos ángeles de la guarda musicales».