Este domingo 1° de enero de 2023, primer día del año, asume la presidencia de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, en el contexto de un evento marcado por un fuerte dispositivo de seguridad y la llegada continúa a Brasilia de personas que quieren asistir a la asunción.
En la mañana de este sábado, seguidores de Lula, del Partido de los Trabajadores (PT izquerda), se encontraban en el Parque de la Ciudad, en las proximidades de la Granja do Torto, y en varias escuelas donde se organizaron campamentos.
Mientras tanto, agentes de la Policía Federal y la Policía Militar de Brasilia circulaban por el centro de la ciudad y cercaban el acceso a la Explanada de los Ministerios, la principal avenida local, por donde Lula desfilará este domingo antes de jurar como nuevo mandatario en el Parlamento.
No está permitida la circulación de vehículos en la Explanada, donde la oficina de prensa del PT informó que se espera la presencia de unas 300 mil personas para el desfile de Lula y luego en los espectáculos musicales que se prolongarán hasta el lunes a la madrugada.
La responsable de organizar el evento, al cual algunos dieron en llamar como «Lolapalooza», es la esposa de Lula, la socióloga Rosángela Silva.
Mientras tanto un grupo de simpatizantes del presidente saliente, Jair Bolsonaro, del Partido Liberal (PL, derecha) permanecía frente al Cuartel General del Ejército en la zona oeste de la capital.
El jueves pasado, los activistas que defienden un golpe de Estado agredieron a empleados de la gobernación de Brasilia que intentaron desalojarlos. Según reportes del canal de noticias CNN Brasil, este sábado había menos militantes junto a la sede militar que al comienzo de esta semana.
Parte de los seguidores de Bolsonaro se desplazaron a hoteles y tiendas de campaña instaladas en otros puntos de la ciudad, y continúan defendiendo que haya una intervención militar para evitar la asunción de Lula.