Más de dos kilómetros de filas realizaron miles de brasileños con hasta tres horas de espera para participar del velatorio público para despedir los restos del astro del fútbol Edson Arantes do Nascimento, Pelé.
En una silenciosa fila, miles de personas que esperaron por cuatro horas para la apertura de los portones, ingresaron para darle el último adiós a «O Rei» al estadio Vila Belmiro, el mítico campo donde por casi dos décadas brilló Pelé con el Santos, el club que fue el principal exportador del fútbol arte de Brasil. Entre ellos el presidente de la FIFA, el suizo Gianni Infantino, y el titular de Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez.
Infantino incluso anunció que propondrá a las federaciones que todos los países tengan un estadio con el nombre de Pelé. El puerto de Santos, el mayor de América Latina, tendrá el nombre de Pelé según ha anunciado el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, el flamante presidente que avisó que podrá ir al velatorio el martes por la mañana, antes del fin de la ceremonia.
Pelé será sepultado mañana en un cementerio privado de Santos y el cortejo pasará por la casa de la madre del astro, Dona Celeste, quien tiene 100 años y todavía no fue informada por la familia sobre el deceso del Arantes do Nascimento más famoso.