La sequía que afecta a Entre Ríos, calificada como la peor de los últimos 60 años, y las lluvias muy por debajo de los registros normales históricos, tuvo efectos devastadores en la producción agropecuaria de la provincia, provocando una importante mortandad de vacunos y liquidación de buena parte del stock ganadero.
Cerca del 90% de los productores bovinos debieron encerrar a la hacienda al no quedar nada de pastoreo y alimento, y se detectaron también abortos en las vacas por el estrés calórico. Las precipitaciones de las últimas 48 horas fueron de «bajos milimetrajes», por lo que «no solucionaron nada» para las economías regionales que «pasan por momentos delicados», explicó la FAA en un informe.
El 2022, según la Bolsa de Cereales entrerriana, fue el año «más seco de los últimos sesenta» períodos, y el trienio 2020/21/22, se destaca como el más seco «jamás observado». Los registros pluviales en Entre Ríos se posicionaron entre los diez más bajos de los últimos 60 años en gran parte de la provincia, donde también las lluvias caídas llegaron a ser hasta seis veces menos de lo que normalmente debe llover.
Ese escenario, y las temperaturas por encima de los valores normales, provocó una casi nulidad de reservas hídricas y un marcado avance de la sequía en el suelo entrerriano. De esa manera se generó un retraso en las siembras, resiembras, fuertes consecuencias sobre los cultivos, y se complicó la producción de forraje, principal alimento del ganado.
Por eso, los productores ganaderos registran una importante mortandad de vacunos, debieron vender cabezas ante la imposibilidad de alimentarlos, y la condición corporal del resto del ganado presentó una caída interanual del 30 al 35%. Martín Rigoni, presidente de la Asociación de Citricultores de Villa del Rosario, detalló que al ser el segundo año consecutivo sufriendo la sequía, los productores optaron por realizar menos labores de poda, abono, fertilización y aplicaciones preventivas.
«La situación es desesperante y aguardamos por lluvias intensas», dijo y resaltó que muchos lotes terminaron por debajo de los rindes óptimos, hubo frutas que sufrieron quemaduras por las altas temperaturas, y la campaña comenzará un mes más tarde, con un efecto negativo en los puestos de trabajo del sector