Decenas de alumnas de colegios femeninos fueron hospitalizadas hoy en el norte de Irán tras un supuesto envenenamiento, según informó la prensa local, en el último de una serie de ataques similares en otras partes del país atribuidos a opositores a la escolarización de las niñas. «Hasta ahora, 35 alumnas fueron trasladadas al hospital», informaron desde Teherán.
Desde fines de noviembre, la prensa iraní ha informado cientos de casos por envenenamiento respiratorio de niñas de unos 10 años en escuelas de la ciudad santa de Qom, en el centro del país, algunas de las cuales debieron ser brevemente hospitalizadas. Según explicó el pasado domingo el ministerio de Salud, «ciertos individuos» buscaban con estos actos «que todas las escuelas, en particular las escuelas de chicas, cerrasen». Estos casos han provocado una ola de indignación en el país, donde se ha criticado el silencio de las autoridades ante un número cada vez mayor de establecimientos afectados.
A mediados de mes, padres de alumnas se manifestaron ante la gobernación de Qom para «exigir explicaciones» a las autoridades y, un día después, el vocero del gobierno iraní, Ali Bahadori Jahromi, dijo que los ministerios de Inteligencia y de Educación estaban «cooperando» para esclarecer el origen de los envenenamientos. Sin embargo, de momento no se ha producido ningún arresto. Los activistas comparan a los autores de estos ataques con los talibanes en Afganistán o los yihadistas de Boko Haram en África Occidental, opuestos a la educación de las jóvenes.
Irán vive una ola de protestas desde que Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años, murió el 16 de septiembre pasado en un hospital de Teherán, tres días después de haber sido detenida por la policía de la moral porque presuntamente tenía mal puesto el velo que, según el código de vestimenta de la República Islámica, debía cubrir su cabello. Cerca de 14.000 personas fueron detenidas desde mediados de septiembre, según la ONU, y 527 manifestantes murieron, según la ONG Iran Human Rights (IHR), con sede en Noruega.