Un hombre fue detenido hoy como sospechoso de haber matado a Máximo Jerez, el niño de 11 años baleado junto a tres primos, que quedaron heridos, durante un ataque cometido ayer en Rosario, y los vecinos de la zona destruyeron el frente de su vivienda, donde aseguran que funcionaba un búnker de venta de drogas, y le saquearon la casa.
El arresto y los incidentes se iniciaron cerca de las 13, cuando la policía fue al domicilio situado en Cabal al 1300 bis, del barrio Los Pumas, para detener a un sospechoso de la balacera cometida ayer a la madrugada contra un grupo de personas -entre ellas varios niños- que se hallaba frente a un kiosco ubicado en pasaje María de los Ángeles al 1500, en la zona de Cabal y San José, del barrio Empalme Graneros, en el noroeste de Rosario.
Al arribar al lugar, los efectivos hallaron a un numeroso grupo de vecinos que rodeaba el domicilio y atacaba el frente con piedras, palas y martillos con el fin de linchar a sus moradores, a quienes acusan de ser narcos. Los efectivos se llevaron detenido al dueño de casa, a dos de sus hijos y a dos mujeres integrantes de la familia, al tiempo que dispararon postas de goma para dispersar a los vecinos enardecidos que querían ingresar a la vivienda.
Con los arrestos concretados, y luego de que se retirara la policía, los habitantes del barrio destruyeron varias paredes del domicilio y se apoderaron de todos los efectos que había en el interior, muchos de los cuales rompieron.
Esta mañana, el fiscal de turno de la Unidad Fiscal Especial de Homicidios Dolosos cargo de la causa, Adrián Spelta, informó que había sido identificado el auto desde el cual se efectuaron los disparos que mataron a Jerez e hirieron a sus primos -de 2, 13 y 14 años- y dijo que la principal hipótesis apunta a un ataque “atravesado por el narcotráfico” y por una pelea “por el territorio”, de la cual eran ajenos tanto los niños como sus familiares.