Comenzó de lleno la campaña en La Pampa para las ejecutivas provinciales del 14 de mayo, y cada candidato y candidata está midiendo el clima electoral en un momento árido para la política.
Ese clima en La Pampa parece escaparle, aunque sea en lo provincial y local, al caótico escenario nacional. El de la crisis económica que golpea a diestra y siniestra y no parece tener solución, y de las internas nacionales de Todos y de Juntos es un contexto que no favorece a ninguno.
En este escenario, en el peronismo hay asombro por la reacción de la gente en el cara a cara. Antes de la campaña, había entre sus filas el temor de cómo iban a ser recibidos frente al malestar generalizado con el gobierno nacional, que genera rechazo. Más allá de que en la provincia el votante es moderado en sus expresiones.
Cuando el gobernador Sergio Ziliotto comenzó con las inauguraciones de casas sociales, y en los primeros actos proselitistas, se vio que el recibimiento era bueno. De hecho en General Pico hubo una ovación para Alicia Mayoral. Pero era en un ambiente, si se quiere, contenido.
Ahora los candidatos provinciales y locales empezaron con las recorridas por las calles. Ahí está la verdad. Y la mayoría coincide en que son bien recibidos. Un dirigente de General Pico afirmó al autor que en el centro, donde hay mucho comerciante y clase media, son atendidos y charlan sin problemas. En los barrios también, hasta en los más «picantes» y con mayores urgencias.
Más allá de la mala imagen del gobierno nacional, que se los hacen saber, separan lo provincial y lo municipal. Igualmente, dos de cada cinco, analizó el consultado en una estadística muy personal, igualmente putean a todos los políticos en general.
Desde la oposición de Juntos por el Cambio están esperanzados en la elección. Empezaron a tratar de imponer un aire triunfalista con discursos como «vamos a ganar 45 intendencias» o que «miles de peronistas me van a votar» como afirmó el candidato de Santa Rosa, Francisco Torroba. Expresiones de deseos frente a un clima que si propicia el cambio, lo hace puertas afuera de la provincia, y no parece derramar en la provincia. Ese cambio, y urgente, es lo que se espera para las próximas elecciones nacionales a partir del 10 de diciembre.
Carta ganadora y dilemas opositores
También hay que observar algo que empaña un poco ese clima triunfalista opositor. En las elecciones provinciales la tendencia al corte de boleta es mínimo. La boleta va entera siempre, y en eso es más eficiente el peronismo. Y sobre todo jugará el arrastre del gobernador Sergio Ziliotto, la carta ganadora para los comicios locales.
Esa tracción del gobernador ayudará a los intendentes peronistas y candidatos más complicados. Por ejemplo, quienes analizan la política observan una caída en la imagen del intendente Luciano Di Nápoli, lo que marcó en números la encuesta de CB Consultora que lo colocó en el puesto 17 entre los jefes comunales de capitales provinciales y grandes ciudades. Cosechó en abril una imagen positiva del 46,3%, cinco puntos menos que el mes anterior. Números muy bajos a lo que tenía hace un año. Se analiza también que la figura de Ziliotto levantará las acciones de la boleta en la capital y eso favorecerá al intendente, además de la unidad del peronismo, que consolida un voto cautivo.
A Juntos por el Cambio también el clima de rechazo al presidente Alberto Fernández y la grieta con el voto anti K parece que no tiene el mismo peso que otras veces. P
or un lado, Ziliotto se mostró en esta campaña totalmente ajeno a la dirigencia nacional peronista y a cualquier referencia K. Y los candidatos radicales de JxC no pueden utilizar las referencias nacionales del espacio opositor a su favor, ya que las de peso son del PRO y a la vez las internas en el espacio bombardean las posibilidades locales.
La mala imagen del gobierno nacional además cuesta «bajarla» a La Pampa. Ziliotto muestra argumentos a su favor como gestión, obras en marcha, inauguración de casas sociales y el empleo privado que crece más que el público. La ExpoPymes fue otra muestra de ese clima. El fin de semana se vio una multitud visitando y comprando, mientas los candidatos de la oposición intentaban instalar un discurso que choca contra la realidad que mostraba la muestra.
Los dos reflejos
Finalmente, hay que hablar de lo que está sucediendo en otras elecciones provinciales, que también fueron desdobladas y que ponen en contexto a la pampeana. El domingo votaron en dos provincias patagónicas, Neuquén y Río Negro. A diferencia de La Pampa, las fuerzas más fuertes son provinciales y no juegan allí el clásico bipartidismo de PJ versus UCR (y aliados) que sí observamos en La Pampa.
Los resultados mostraron dos caras, que pueden ser reflejo de lo que ocurrirá en La Pampa. Y dieron una mala y una noticia para oficialismo y oposición. En Neuquén el MPN perdió el invicto después de 60 años con un batacazo opositor. Hay satisfacción en la oposición pampeana por eso. Aunque hay que analizar que el candidato ganador era una escisión del MPN y en su alianza llevaba peronistas.
En Río Negro ganó el oficialismo, lo que demostraría para el peronismo que el clima electoral provincial favorece a los oficialismos ya que la gente se refugia en las gestiones que pueden ser una trinchera la catástrofe nacional. Pero el resultado fue más apretado de lo que indicaban las encuestas previas.
Dos reflejos para lo que puede ocurrir en La Pampa. Por ahora, a menos de un mes de las elecciones pampeanas, el pronóstico del clima electoral, al menos para esta semana, es de viento a favor y despejado para el gobernador Ziliotto. Veremos qué dice el próximo boletín.
(*) Por Norberto Asquini (periodista)