Carlos III fue coronado rey este sábado en el evento ceremonial más grande de Gran Bretaña en siete décadas, una suntuosa exhibición de pompa que se remonta a unos 1.000 años.
Carlos sucedió a su madre, la reina Isabel, cuando murió en septiembre pasado y, a los 74 años, se convirtió en el monarca británico de mayor edad en tener sobre su cabeza la corona de San Eduardo y sentarse en un trono del siglo XIV en la Abadía de Westminster en Londres.
La cita mundial tiene asistentes de todo tipo: presidentes, ministros, funcionarios y personalidades destacadas de países de todos los continentes. Además, se trata de una coronación con un rey y una reina divorciados, Carlos y Camila, y con varios hijastros, un exmarido, un hijo rebelde y hasta un hermano deshonrado.
Carlos, de 74 años, se divorció de Diana en 1996, tras una «guerra» muy mediatizada. Diana murió en 1997 en un accidente de auto en París, Francia. Camila, de 75, se divorció de Andrew Parker Bowles, un exoficial del ejército, en 1995 tras 21 años de matrimonio. Ella también fue coronada reina durante el evento de dos horas que, si bien está arraigado en la historia, presentó una monarquía y una nación con visión de futuro.
Coronación del Rey Carlos III
«Ningún otro país podría realizar una exhibición tan deslumbrante: las procesiones, la pompa, las ceremonias y las fiestas en las calles», dijo el primer ministro británico, Rishi Sunak. «Es una orgullosa expresión de nuestra historia, cultura y tradiciones. Una vívida demostración del carácter moderno de nuestro país. Y un preciado ritual a través del cual nace una nueva era», agregó.
A pesar del entusiasmo de Sunak, la coronación se llevó a cabo en medio de una crisis del costo de vida y el escepticismo público, particularmente entre los jóvenes, sobre el papel y la relevancia de la monarquía y las dudas sobre sus finanzas.
Las celebraciones continuarán el domingo con fiestas en las calles en todo el país y un concierto en la casa del rey en el Castillo de Windsor, y el lunes, cuando miles de organizaciones participen en proyectos de voluntariado.
Procesión en carroza
Para la coronación, Carlos y su esposa Camila, que fue coronada reina durante la ceremonia, rompieron con la tradición y viajaron desde el palacio de Buckingham hasta la abadía londinense de Westminster en el moderno «Diamond Jubilee State Coach», fabricado para conmemorar los 60 años de su madre en el trono.
Regresan en la «Procesión de la Coronación» en una carroza dorada de 260 años de antigüedad, que pesa cuatro toneladas y debe ser tirada por ocho caballos. Se utilizó en todas las coronaciones desde la del rey Guillermo IV en 1831, aunque fue usada por primera vez por Jorge III para asistir a la apertura del Parlamento en 1762.
El viaje de vuelta es mucho más lento, ya que la carroza Gold State Coach sólo puede ir al paso de un hombre, pero la distancia en sí será de 2,29 kilómetros, aproximadamente un tercio del recorrido que hizo la Reina Isabel en 1953, cuando millones de personas abarrotaron las calles.
También participan unos 4.000 miembros de las fuerzas armadas en una procesión de una milla de largo, lo que la convierte en la mayor de su clase en varias generaciones.
Unción
Durante la misa, Carlos fue ungido con el óleo crismal, elaborado con aceitunas del Monte de los Olivos y consagrado en Jerusalén. La tradición se remonta al Antiguo Testamento de la Biblia, que describe la unción del rey Salomón por el sacerdote Sadoc y el profeta Natán, y se mantuvo para subrayar el estatus espiritual del monarca.
«A menudo se considera la parte más sagrada de la ceremonia», explica Charles Farris, historiador público de Historic Royal Palaces. «Es una ceremonia antigua y muy simbólica (…) históricamente era parecida a la unción de sacerdotes y obispos».
Camila
Camila, la segunda esposa de Carlos, con quien se casó en 2005, fue coronada reina por separado durante la ceremonia y, al igual que su marido, fue ungida por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby.
Recibió la corona de la reina María, encargada y llevada por la consorte del rey Jorge V para la coronación de 1911. Como homenaje a la Reina Isabel, la corona fue engastada con diamantes de su colección personal.
“Que tu sierva Camila, que lleva esta corona, sea colmada por tu abundante gracia y con todas las virtudes principescas; reina en su corazón, oh Rey del amor, para que, segura de tu protección, sea coronada con tu bondadoso favor; por Jesucristo nuestro Señor. Amén”, afirmó el arzobispo de Canterbury durante el acto.
Príncipe William
El príncipe William, heredero al trono, juró lealtad al nuevo rey mediante el llamado “Homenaje de la sangre real”: “Yo, William, Príncipe de Gales, te juro lealtad, fidelidad y dedicación, y te serviré como fiel vasallo. Que Dios me ayude”.
Tras el fallecimiento de Isabel II, el príncipe Guillermo recibió el honor de ser el flamante monarca soberano de Gales, título que le fue otorgado por su padre, el rey Carlos III.
El príncipe George, de tan sólo 9 años, también cumplió con un rol fundamental dentro de la ceremonia: tomó la capa del rey y caminó detrás de él, al igual que Lord Oliver Cholmondeley (hijo del secretario privado de Carlos), Nicholas Barclay (nieto de una prima segunda de Su Majestad), y Ralph Tollemache (ahijado del rey).
Música
En la ceremonia se intepretaron 12 obras nuevas, encargadas o seleccionadas por Carlos, incluido un nuevo himno de coronación del empresario de teatro musical Andrew Lloyd Webber.
De la música usada en las coronaciones a lo largo de los siglos, la más notable fue «Sadoc el Sacerdote», compuesta por George Frideric Handel como himno de la coronación del rey Jorge II en 1727 y que se cantó en todas las coronaciones desde entonces.
Coronación
El momento clave de la ceremonia fue cuando Carlos -sentado en una silla de coronación que tiene más de 700 años- recibió sus galas, desde orbes enjoyados y cetros hasta espadas y un anillo.
Como colofón, el arzobispo de Canterbury colocó sobre la cabeza de Carlos la corona de San Eduardo, de 360 años de antigüedad, que pesa 2,2 kilos y sustituye a una original del siglo XI.
Escena del balcón
Tras regresar al palacio de Buckingham, el gran colofón -como ocurre en las bodas, jubileos y otros grandes acontecimientos reales- es la aparición de la familia en el balcón del Palacio de Buckingham. Dependiendo de las condiciones meteorológicas, pasarán aviones militares, entre ellos el equipo acrobático Red Arrows de la Real Fuerza Aérea y aviones históricos de la Segunda Guerra Mundial.
Todas las miradas estan puestas también en la aparición del hijo menor de Carlos, el príncipe Enrique, y en el príncipe Luis, el hijo menor del heredero, el príncipe Guillermo, que se robó el espectáculo durante las celebraciones del Jubileo de Platino de la Reina Isabel al taparse los oídos y gritar en un contexto de estruendo provocado por el paso de los aviones.
Invitados
En la Abadía de Westminster se hicieron presentes unos 2.300 invitados, muchos menos que los 8.000 que asistieron a la coronación de la reina Isabel en 1953. Entre ellos, estuvo la familia real británica, incluido el príncipe Enrique, pero no su esposa Meghan, ni sus dos hijos, ya que la ceremonia se desarrolló el día del cuarto cumpleaños de su hijo, el príncipe Archie. Asistieron otros miembros de la realeza, funcionarios y jefes de Estado extranjeros, con la primera dama Jill Biden representando a Estados Unidos y el vicepresidente chino Han Zheng asistiendo en nombre de Pekín.
Manifestantes y detenidos
Los manifestantes contra la realeza presentan carteles con el lema «No es mi rey», mientras se manifiestan detrás de los simpatizantes en Trafalgar Sauare, cerca de donde el rey Carlos III de Gran Bretaña y Camila, la reina consorte de Gran Bretaña, ya fueron coronados.
La policía británica detuvo a seis manifestantes durante la ceremonia de coronación, pertenecientes al movimiento antimonarquía. Entre los detenidos se encuentra Graham Smith, líder del movimiento Republic el principal movimiento que se opone a la realeza en Inglaterra.
”Estaban recogiendo las pancartas y llevándolas cuando la Policía los detuvo”, declaró al diario The Guardian el director de Republic, Harry Stratton. “Hemos preguntado por qué han sido detenidos pero no nos han dado respuesta. Estamos sorprendidos porque habíamos mantenido varias reuniones con la Policía al respecto”.