Tony Bennett, el cantante al que el propio Frank Sinatra definió como «el mejor que hay en el negocio», y una de las grandes voces de la música estadounidense de todos los tiempos, que puso su impronta a clásicos como «Blue velvet» y «I left my heart in San Francisco», murió hoy a los 96 años en Estados Unidos, informó la prensa internacional. No había una causa específica, pero le habían diagnosticado la enfermedad de Alzheimer en 2016.
Bennett se había despedido de los escenarios en agosto de 2021, en el Radio City Music Hall, de Nueva York, en una serie de conciertos junto a Lady Gaga, que colmó las capacidades permitidas y en donde fue ovacionado de pie por la audiencia.
El dúo se encontraba presentando el disco de jazz «Love for Sale» y fue precisamente durante el proceso de creación de este disco cuando los médicos le diagnosticaron a Bennett su enfermedad.
El intérprete que inició una multipremiada carrera en 1951, logró sobrevivir a los cambios de moda gracias a los consejos de sus hijos Danny y Dae, quienes desde sus lugares de representantes lo orientaron para mantenerse cerca de las nuevas generaciones.
Así surgieron ideas como las de conformar duetos con figuras jóvenes de la música, tal como lo hizo con Lady Gaga, y de presentarse como invitado en talk shows o en recintos reservados habitualmente para estrellas de rock, en un intento de eludir el destino de cantar en casinos de Las Vegas que pareciera reservado para los artistas de su estilo.
Nacido en Queens, en el seno de una familia italiana, bajo el nombre de Anthony Benedetto, la luego estrella de la canción tuvo contacto desde pequeño con el mundo del espectáculo gracias a un tío que era bailarín de tap y a su gusto por las figuras del jazz.
«Blue Velvet», «I Left My Heart in San Francisco» y «Because of You» y «Cold, Cold Heart» son algunos de los temas con los que Bennett conquistó a la audiencia a lo largo de los años `50, a la par de estrellas como Elvis Presley.
Como le ocurrió a muchos cantantes, el auge del rock en los ’60 confinaron al olvido a Bennett, quien cayó en la adicción a la cocaína y tuvo severos problemas económicos.
Cuando parecía que iba a terminar siendo otro intérprete en declive ofreciendo shows en casinos de Las Vegas, sus hijos tomaron el control de su carrera y revitalizaron su imagen pública, a partir de la asociación con nuevas figuras.