Tras el resultado de las elecciones primarias, finalmente, el Banco Central (BCRA) dispuso una devaluación del dólar mayorista oficial hasta los $350 y, en línea con esa medida, resolvió subir la tasa de política monetaria (incluida la del plazo fijo tradicional) en 21 puntos porcentuales, hasta el 118% (Tasas Nominal Anual, TNA), lo que equivale a un 209% en términos efectivos anuales, TEA.
La medida equivale a una devaluación del 22% en un solo día. Así, se confirmaron las especulaciones del mercado de que el Gobierno devaluaría tras los resultados de las PASO. Esta medida implica la suspensión del crawling peg, el ritmo de microdevaluaciones diarias que venía llevando adelante el BCRA, hasta las elecciones presidenciales de octubre.
«La autoridad monetaria entiende conveniente readecuar el nivel de las tasas de interés de los instrumentos de regulación monetaria, en línea con la recalibración del nivel del tipo de cambio oficial. Ello, a los efectos de anclar las expectativas cambiarias y minimizar el grado de traslado a precios, propender hacia retornos reales positivos sobre las inversiones en moneda local y favorecer la acumulación de reservas internacionales» justificó en un comunicado el BCRA en este sentido.
«Hay que estar atentos a lo que pase con el crawling peg», decía a Ámbito una fuente oficial el viernes ante la pregunta de qué podría suceder con la tasa del plazo fijo. Así, anticipaban la posibilidad de un cambio en la política monetaria del BCRA post-paso, tal como esperaba el mercado y que esto podía coincidir con una suba de tasas.
Y es que este salto en el tipo de cambio en estos niveles requiere un ajuste de la tasa, que busca mantenerse real positiva ante la economía y la evolución del dólar oficial. «Se trata de un primer movimiento para sostener las reservas e intentar mantener la demanda de pesos», indica el economista Rodrigo Álvarez.
Explica que esta es una manera de poner las variables económicas en un nivel de equilibrio y anticipa que se trata de un primer paso de muchos que vendrán.
Por su parte, el economista Federico Glustein explica que esta decisión del BCRA «es parte de lo que sucede en la economía post PASO tras los resultados sorprendentes» y señala que se trata de una forma de evitar una corrida inesperada, pero, también, lo ve como una corrección de los errores en la macro que se estaban cometiendo.
Para Glustein, «la preapertura de bonos en caída de hasta el 8% fue la señal más fuerte, tras el alza del dólar crypto». Recordemos que en los exchanges, el tipo de cambio atado a las criptomonedas llegó a superar los $700. Y anticipa que, ahora, posiblemente haya un traslado al blue y los financieros y, a su vez, a la inflación.
Así, el economista espera que, con la proyección del 120% anual «nos vamos a quedar esencialmente cortos». Y es que anticipa que, con esta devaluación, es obvio su traslado posterior a precios.
A su vez, anticipa que, «hay que ver el impacto de la tasa en las deudas de los hogares, de las tasas de las tarjetas de crédito y cómo influye en la dolarización de las carteras». Sin embargo, por estas horas, lo que se sabe es que el dólar tarjeta está cotizando alrededor de los $730.
De esta manera, el BCRA alinea la política monetaria con las exigencias que le viene realizando el Fondo Monetario Internacional (FMI), por un lado, y se alinea con las expectativas del mercado, por otro.